Dublín. El presidente estadounidense, Barack Obama, inicia hoy una gira europea con la que pretende reencontrarse con una parte de sus raíces familiares y subrayar la vitalidad de los lazos transatlánticos, pero en la que la situación en Oriente Medio tendrá un gran protagonismo. Después del operativo militar que acabó con la vida de Osama Bin Laden en Pakistán y la popularidad que logró entre los estadounidenses, el mandatario realizó un guiño al electorado latino prometiendo impulsar una reforma migratoria -aunque sin planes concretos ni fechas-. Poco después, Obama dirigía un discurso al mundo árabe, mostrando su respaldo a las revoluciones populares y en el que instaba a israelíes y palestinos a impulsar de nuevo las negociaciones sobre la base de las fronteras de 1967, una propuesta que no convenció a casi nadie, en especial a su aliado histórico, Israel.
Ayer, poco antes de partir hacia Europa, Obama volvía a defender su propuesta de paz ante el principal lobby judío de Estados Unidos, pese al rechazo frontal del primer ministro israelí, Benajmin Netanyahu, que se encuentra en Washington. Con este viaje, Obama trata de acercarse de nuevo a sus socios europeos, con los que abordará y buscará apoyo en todas estas cuestiones. Poco antes de iniciar su gira, el presidente estadounidense concedía una entrevista a la BBC en la que justificaba la operación contra Osama Bin Laden y aseguraba que su Gobierno actuaría de nuevo de la misma forma en Pakistán u otro estado soberano si tuviera indicios de que un líder terrorista se escondía allí.
La agenda Acompañado de su esposa, Michelle, Obama aterrizará en Dublín, la primera etapa de un viaje que le llevará también a Londres, Deauville (Francia) para participar en la cumbre del G8, y Varsovia. El presidente dedicará especial atención a Oriente Medio en sus reuniones con el primer ministro británico, David Cameron, en Londres; durante la cumbre del G8, donde se dedicará una sesión a los procesos de transición en el mundo árabe y las ayudas a Egipto y Túnez, y con las autoridades polacas en Varsovia.
Según declaró el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, se trata de una "oportunidad para coordinar y alinear nuestras posiciones en una serie de asuntos" y subrayar los lazos entre Europa y Estados Unidos. En concreto, Obama buscará subrayar su compromiso con la defensa de los aliados europeos, la vitalidad de los lazos transatlánticos y la cooperación con Europa en áreas como la respuesta a las demandas de cambio en Oriente Medio, a la lucha contra el terrorismo o la estabilidad económica mundial.
La etapa más entrañable de la visita será un desplazamiento a la pequeña localidad de Moneygall, en el condado de Offaly, de donde partió uno de sus tatarabuelos en busca de una vida mejor en Estados Unidos. De Irlanda continuará su viaje a Londres para una visita de Estado a invitación de la reina Isabel II de Inglaterra, quien ofrecerá una cena en su honor. Obama se reunirá con Cameron y el líder de la oposición laborista, Ed Milliband, y pronunciará un discurso ante el Parlamento británico. La tercera etapa conformará el eje de la gira, la cumbre del G8 en Deauville. Allí, Obama se reunirá en una bilateral con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, para tratar de atajar sus preocupaciones sobre la defensa antimisiles en Europa. También se verá con el anfitrión de la reunión, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y con el primer ministro japonés, Naoto Kan. La etapa final será Varsovia, donde Obama efectuará una serie de visitas culturales y subrayará el compromiso con la defensa de los aliados