Nueva York. El juez dictó ayer una fianza de un millón de dólares (unos 700.000 euros) y garantías por valor de otros cinco millones (3,5 millones de euros) para el ya ex director gerente del FMI Dominique Strauss-Kahn, que además será puesto bajo arresto domiciliario y bajo seguimiento electrónico, aunque evitará permanecer en prisión, de donde saldrá hoy. El juez del Tribunal Supremo del estado de Nueva York Michael Obus subrayó que Strauss-Kahn, que está imputado formalmente por siete delitos sexuales tras agredir supuestamente a una empleada de 32 años del hotel de lujo en el que se hospedaba, deberá permanecer en su residencia con un brazalete, tal y como propusieron sus abogados. Además, el juez dictó que un guardia armado vigile en todo momento al exjefe del FMI y que los gastos de esta custodia corran a cargo de la defensa.
Los fiscales del caso habían manifestado su oposición a la concesión de la libertad para el magnate galo porque, de excarcelarle, no existirían suficientes garantías de que volviese a presentarse ante un tribunal norteamericano. En este sentido, recordaron que "la salida de la escena del crimen" fue "inusualmente rápida", e incluso uno de los fiscales subrayó la "propensión a una conducta criminal impulsiva" del sospechoso. "DSK (que es como llaman los medios norteamericanos a Strauss-Kahn) tiene la posición y los medios para viajar y vivir una vida de paz o confort en lugares del mundo que quedan muy lejos de esta jurisdicción", alegó el fiscal.
Frente a este argumento la defensa del ya exdirector del FMI alegó que "este hombre tiene derecho a ser puesto en libertad" ya que los hechos no están probados y añadió que "su único interés es limpiar su nombre". Sobre la posibilidad aludida por la Fiscalía de que Strauss-Kahn huya de Estados Unidos, un país con el que Francia no tiene tratado de extradición, su abogado indicó que su cliente "no querría huir del país y quedar ante los ojos de todos como un agresor sexual, porque no lo es".