Bengasi/Argel. Saif al Arab, el hijo pequeño de Muamar el Gadafi, así como un hombre y tres niños, que podrían ser nietos del líder libio, murieron el sábado a causa de un bombardeo de la OTAN del que se salvaron el propio Gadafi y su mujer, que se encontraban en la vivienda blanco del ataque selectivo, según aseguró el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim, por televisión. El vicario apostólico de Trípoli, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, aseguró que podía confirmar la muerte de Saif al Arab, de 29 años, ante cuyo cuerpo le condujeron las autoridades del régimen ayer y junto al cual se encontraban los cadáveres de tres niños y otro adulto.
"Si son nietos (de Gadafi) no lo sé, pero que son niños seguro. Había también un adulto, pero no sé quién era. La televisión libia no ha dicho nada al respecto. Ha hablado claramente del hijo, Saif al Arab", dijo Martinelli. Por otra parte, el portavoz oficial del Ejército rebelde del este de Libia, Ahmed Omar Bany, aseguró que la OTAN ha cambiado su estrategia en Libia y pronosticó que en unas dos semanas se verán "cambios muy buenos" sobre el terreno.
Bany se mostró muy satisfecho con la actuación de la OTAN en los últimos días y dijo que ésta marcará a partir de ahora la diferencia en el conflicto, especialmente en Trípoli, la capital del país.
Desde Bengasi los rebeldes tacharon las informaciones relativas a la muerte de los miembros de la familia de Gadafi de "mentira" y "propaganda", según Yalal al Galal, portavoz del Consejo Nacional de Transición (CNT), máximo órgano dirigente de los insurgentes.
"Gadafi quiere presionar así a la OTAN" para que detenga sus ataques sobre la capital y "demostrar que la Alianza quiere matarle", aseguró al Galal.
El hijo de Gadafi "podría estar muerto pero haber fallecido en cualquier otra circunstancia, incluso de muerte natural, ya que está enfermo", indicó el portavoz del CNT.
"No hemos visto los cuerpos (de los fallecidos) ni nos han dicho los nombres de los nietos", recalcó Al Galal, quien defendió la actuación de la OTAN y destacó que la Alianza "sólo está atacando instalaciones militares".
Sin embargo, el obispo Martinelli, quien permanece en Trípoli desde que comenzó el conflicto libio, aseguró que los muertos que le mostraron eran todos civiles y consideró que "por tanto no es que se pueda hablar de un claro objetivo militar".
El representante de la Santa Sede afirmó haber visto el edificio bombardeado, cuyas imágenes mostró ayer por la madrugada la televisión estatal libia, con grandes boquetes en las paredes y el tejado.
Por su parte, el portavoz militar de los rebeldes no confirmó ni desmintió la muerte de Seif el Arab, pero recalcó que en estos momentos "Gadafi sabe que lo pueden matar".
Bany señaló la importancia de la intervención de los aviones no tripulados, aportados por EEUU, en las operaciones en Libia, ya que éstos pueden ser muy precisos a la hora de atacar un objetivo y pueden marcar la diferencia. También resaltó que la situación en Trípoli está cambiando, según sus contactos en la capital libia, donde dijo que "todos están muy contentos" por los bombardeos aliados de los pasados días.
En otro orden de cosas, las tropas de Gadafi lanzaron ayer por la noche un nuevo y violento ataque contra la ciudad de Misrata, concentrado especialmente en la zona del puerto, según confirmó Galal.
Las fuerzas gubernamentales bombardearon el puerto de la tercera ciudad de Libia con cohetes y misiles de largo alcance, especialmente Grad, de fabricación rusa, que ya emplearon en los últimos días.