pekín/bruselas. El rechazo de China a aceptar una condena explícita del Consejo de Seguridad de la ONU al régimen sirio hizo fracasar ayer los intentos de la UE de aislar internacionalmente al presidente Bachad Al Assad. Pero Pekín, además de bloquear la iniciativa conjunta de Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal (los cuatro países de la UE que se sientan en el Consejo), pidió a la comunidad internacional que permita a Siria "resolver sus propios problemas". El apoyo de Rusia a esta postura y las dudas de EEUU a la hora de iniciar una escalada de resoluciones que pudiera degenerar en una intervención militar contra Damasco, echó por tierra definitivamente la estrategia europea. Así las cosas la UE estudia actuar en solitario y discutirá hoy la posibilidad de imponer sanciones a Siria en respuesta a la represión violenta de las protestas en el país, unas sanciones que podrían incluir la suspensión de las cuantiosas ayudas económicas que concede el bloque. "Todas las opciones están sobre la mesa", aseguró el portavoz comunitario de Asuntos Exteriores, Michael Mann. Sin embargo no se trata de acciones militares, sino, básicamente, de congelar los programas de cooperación que la UE tiene con Siria. Éstos incluyen una partida de 129 millones de euros en el periodo 2011-2013 dedicados a apoyar reformas políticas y económicas y una cartera de inversiones de 1.300 millones de euros a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Además, desde 2007 la Unión concedió a ese país 80 millones de euros para ayudar a los refugiados iraquíes.