tokio. Los ingenieros que estaban trabajando en solucionar la emergencia nuclear en la central de Fukushima-1, que quedó seriamente dañada por el terremoto y posterior tsunami registrados el pasado 11 de marzo, fueron evacuados ayer tras registrarse un temblor de 7,4 grados en el noreste de la costa japonesa.

Los responsables de Tepco, operadora de la central, aseguraron en una rueda de prensa televisada que la planta de Fukushima-2, cerrada desde el terremoto del 11 de marzo, no registró irregularidades como consecuencia de este último temblor. La planta de Fukushima-1 tampoco sufrió daños importantes.

El nuevo temblor se originó a 66 kilómetros de la localidad de Sendai y a 118 kilómetros de Fukushima y activó durante unas horas la alerta de tsunami, que se desactivó al constatar que la ola no afectaría a la costa japonesa.

Mientras tanto, el Gobierno nipón estudia ampliar el área de evacuación a zonas fuera del perímetro de 20 kilómetros alrededor de la central de Fukushima debido a que la crisis nuclear no parece tener un final cercano.

La lucha por estabilizar los reactores de la central prosiguió ayer hasta que se produjo el nuevo terremoto con la inyección de nitrógeno en la vasija de contención de la unidad 1, para evitar que el hidrógeno acumulado cause una nueva explosión. Los progresos de los técnicos de Tepco para refrigerar los reactores van a paso lento y no tienen fecha de finalización. Según indicó el portavoz del Gobierno japonés, Yukio Edano, están considerando modificar los valores de radiación con los que se ordena una evacuación, pues los actuales están establecidos para un período corto de tiempo.

Edano reconoció que los residentes de la franja entre 20 y 30 kilómetros se encuentran expuestos a importantes niveles de radiación, perjudiciales para la salud durante un tiempo prolongado. Un cambio en los mínimos de radiación podría suponer la evacuación de ciudades como Minamisoma, de la que ya se han marchado 50.000 de 70.000 habitantes y que se encuentra en la frontera del radio de 20 kilómetros.

Unas 80.000 personas que residían dentro del perímetro de evacuación se han visto obligadas a abandonar sus casas sin fecha de regreso. El Gobierno nipón reveló que considera la posibilidad de dejarles acceder a sus casas brevemente para que recuperen artículos necesarios, pues tuvieron que dejar sus hogares de manera abrupta.