TOKIO. Los niveles de radiactividad en la central nuclear de Fukushima-1 apenas han variado a pesar de que helicópteros de las Fuerzas de Autodefensa de Japón han vertido miles de litros de agua marina sobre el reactor número tres, según ha informado este jueves la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO).

Estos índices han alcanzado los 3.000 microsievert por hora, muy por encima de los 1.000 a los que puede estar expuesta una persona a lo largo de un año, de acuerdo a los datos aportados por la eléctrica y recogidos por la agencia de noticias Kiodo.

Por su parte, el ministro de Defensa, Toshimi Kitazawa, ha indicado que los niveles de radiactividad en el reactor tres se sitúan en 4.13 milisievert por hora (4.130 microsievert) a 1.000 pies de altura (unos 300 metros), mientras que a 300 pies (unos 90 metros) alcanzan los 87.7 (87.700).

Tokio intenta a la desesperada retomar el control de la planta nuclear de Fukushima

El deterioro de un reactor tras otro en la central de Fukushima aumentó ayer el temor a un desastre nuclear, sin que los desesperados intentos de los trabajadores para controlar la radiación hayan dado hasta ahora resultado.

La incertidumbre y la alarma rodean la situación en la planta nuclear 1 de Fukushima (Daiichi), donde los problemas se encadenan desde el seísmo y el tsunami que sacudieron el noreste de Japón el día 11 y causaron graves daños en su sistema de refrigeración.

Sus seis reactores de agua en ebullición provocan emergencias continuas y los empleados de TEPCO, la operadora de la central, trabajan contrarreloj desde hace cinco días para tratar de combatir el sobrecalentamiento, hasta ahora sin éxito y en medio de una fuerte radiación.

Buena parte de los esfuerzos de contención se centraron ayer en la unidad número 3, de la que salían columnas de humo o vapor que, en un principio, se sospechó provenían de la propia vasija de contención del reactor averiado.

Ya entrada la noche y después de innumerables especulaciones sobre el posible alcance de los daños, el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, aseguraba que la posibilidad de un deterioro grave del contenedor del reactor "es baja".

Sin embargo, durante un momento el nivel de radiactividad en la zona llegó a alcanzar un alarmante nivel de 10.000 microsievert por hora y ello obligó a evacuar temporalmente a los empleados, que regresaron cuando descendió la radiación. A última hora de ayer unos 200 operarios y expertos esperaban aún en uno de los edificios de la planta mientras los expertos estudiaban cómo continuar con la inyección de agua marina para bajar la temperatura los reactores más afectados, según informó la televisión nacional NHK.

intentos fallidos Hasta ahora, las operaciones para enfriar los reactores 1, 2 y 3 han fallado; las unidades 4, 5 y 6 estaban apagadas cuando tuvo lugar el seísmo, pero contienen piscinas con barras de combustible atómico usado que pueden sobrecalentarse en caso de evaporarse el agua y emitir nubes radiactivas si se incendian.

En la unidad 4 se produjo ayer un fuego por combustión de hidrógeno (tal y como había ocurrido la víspera) que luego remitió, aunque los fuertes niveles de radiactividad emitidos impidieron a los trabajadores acercarse.

Las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) de Japón enviaron a la zona un helicóptero militar cargado con agua salada para arrojarla desde el cielo sobre el lugar, pero la misión tuvo que ser finalmente abortada ya que las radiaciones eran demasiado elevadas incluso para esa operación.

El nivel máximo de radiactividad para trabajar en una situación de emergencia en una central está normalmente establecido en 100 milisievert anuales, pero ante la crítica situación en Fukushima la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón la elevó hasta 250 milisievert, según afirmo la televisión pública NHK.

Cada operario, no obstante, permanece muy poco tiempo expuesto a este nivel de radiactividad, con operaciones rápidas -que pueden ser de segundos- a fin de minimizar el riesgo.

Pese a las serias dificultades para controlar la planta de Fukushima, el Gobierno insistió ayer en que los niveles de radiactividad más allá de un radio de 20 kilómetros de la central no suponen aún un riesgo inmediato para la salud.

NHK emite continuamente partes sobre la situación en la central, las mediciones de radiactividad y el parte meteorológico con la dirección del viento, que ayer soplaba del noroeste, empujando el vapor de la central hacia el Océano Pacífico.

En la ciudad de Fukushima, situada a unos 70 kilómetros de la central, se medían ayer hasta 21,4 microsievert por hora, un nivel que, sin llegar a ser perjudicial para la salud, se encuentra muy por encima de los 0,02 microsievert habituales en esa ciudad, según NHK.

En Tokio, en el popular barrio de Shinjuku, la radiación se situaba en la tarde de ayer en unos 0,16 microsievert por hora, un nivel que, según las autoridades de la capital, se encuentra muy lejos de ser dañino: se calcula que una persona recibe, en condiciones normales, una media de 2.400 microsievert al año.

4.312 muertos Mientras, el número de muertos en el devastador terremoto del viernes en Japón aumentaba ayer hasta los 4.312 en 12 prefecturas, según fuentes policiales citadas por la agencia de noticias Kyodo. A media noche (hora local) de ayer 8.606 personas seguían desaparecidas. El número de víctimas continuará aumentando inevitablemente, señalaron las autoridades. En las regiones costeras en las que la destrucción que dejó el terremoto es extrema, comienza ahora la complicada y a veces infructuosa búsqueda de los desaparecidos.

En total 80.000 efectivos de los servicios de protección civil operaban ayer, además de la Policía y del cuerpo de bomberos en las áreas afectadas. Los equipos de rescate se veían obligados a trabajaban ayer a unas temperaturas muy bajas, por debajo de cero grados centígrados.