MADRID. El jesuita español Manuel Silgo ha afirmado que los diez religiosos españoles que viven con él en una residencia de Tokio (Japón) "están bien y más tranquilos después de pasar nervios al principio", tras producirse un terremoto de 8,9 grados en la escala de Richter que ha tenido lugar este viernes el país asiático
El jesuita extremeño --que vive en una residencia con unos treinta religiosos-- también ha apuntado que este terremoto "no es ni mucho menos el primero que él vive en Japón" (país donde residen 234 jesuitas, 44 de origen español), ya que lleva viviendo en este país 48 años, aunque ha reconocido que "sí es el más fuerte y el más largo". En este sentido, ha advertido de que se teme que el posterior tsunami "también sea terrible y que lo peor se está viviendo en el norte del país".
Asimismo, ha afirmado que el seísmo "no ha afectado a Tokio, ciudad en la que él se encuentra y ha explicado que "todo vibraba y los libros se caían de las estanterías" como consecuencia del terremoto, que es el mayor que ha sufrido el país asiático en más de un siglo. "El edificio aguantó bien el envite. Es una casa antigua, pero fuerte, recia. No ha habido heridos ni en la casa ni en los alrededores", ha relatado.
Además, ha concretado que el terremoto ocurrió cuando él estaba delante del ordenador, enfrente de una estantería llena de libros "que el seísmo dejó vacía". "Se cayeron todos los libros y los cristales, el suelo y el techo vibraban", ha relatado, al tiempo que ha añadido que cuanto salió a la calle "todo seguía temblando" y que ha tenido la sensación de que ha sido "durante mucho tiempo".
También ha comentado que se ha puesto en contacto con su familia en España. "Gracias a Internet he podido comunicarme con mi sobrina, decirle que estoy bien, que en Tokio no ha pasado nada. Recomiendo a todo el mundo que utilice este canal de comunicación, porque los teléfonos funcionan mal", ha dicho.
Finalmente, dos jesuitas que están en Kobe y Fukuoka han apuntado a la Cadena Ser que el seísmo "apenas se ha sentido allí, ya que se encuentran a más de 800 kilómetros de distancia de Tokio y la zona no se ha visto afectada".