Sidney. Al menos 65 personas murieron y varios centenares quedaron atrapadas entre los escombros de los edificios derruidos ayer por el fuerte terremoto que sacudió la ciudad de Christchurch, en la isla sur de Nueva Zelanda.
El primer ministro neozelandés, John Key, dijo poco después de sobrevolar la ciudad que "Christchurch es una zona de desastre total" y señaló que ayer fue uno de los "días más oscuros" de la historia de Nueva Zelanda.
Era mediodía cuando la fuerte sacudida, causada por el seísmo de 6,3 grados en la escala abierta de Richter y localizado a tan solo cuatro kilómetros de profundidad, sorprendió a los cerca de 400.000 habitantes de Christchurch, la segunda ciudad del país.
Las imágenes de los canales neozelandeses de televisión mostraron como los servicios de rescate extraían cadáveres y ciudadanos de a pie ayudaban a los heridos conmocionados a salir de entres los cascotes de algunos edificios del centro de la ciudad, desmoronados tras el temblor, al que le siguieron otros dos menos potentes, uno de 5,9 grados.
"Es una tragedia absoluta para esta ciudad y para Nueva Zelanda" dijo el primer ministro.
El director de Defensa Civil, John Hamilton, indicó que era probable que el número de víctimas mortales aumentara a medida que se avanzasen las labores de los equipos de rescate en el centro comercial y financiero de Christchurch.
El alcalde de la ciudad, Bob Parker, apuntó que se calculaba que al menos 200 personas habían quedado atrapadas en los escombros. Más tarde informó de que cerca de un centenar fueron rescatadas con vida. Varias edificaciones de Christchurch se incendiaron mientras la mayor parte de la ciudad se encontraba sin suministro eléctrico e incomunicada con el exterior debido a las averías registradas en los sistemas de telefonía fija y móvil.
Las autoridades montaron centros de acogida en al menos seis colegios públicos y desplegaron a cerca de un millar de efectivos policiales y militares con la finalidad de prevenir los saqueos en la ciudad, donde se declaró el estado de emergencia.
También cerraron el aeropuerto de Christchurch, e indicaron que evaluarían la posibilidad de reabrirlo hoy tras examinar los daños registrados en la terminal.
En septiembre pasado, un seísmo de 7,2 grados golpeó Christchurch y causó decenas de heridos e importantes daños en las infraestructuras del sur del país.
Nueva Zelanda se asienta sobre el anillo de fuego del Pacífico y en la zona donde convergen las placas tectónica del Pacífico y la Indo-australiana, un área de gran actividad sísmica.
En 1968, un seísmo de 7,1 grados en la escala abierta de Ritchter causó tres muertos en la costa oeste de la isla sur, pero el más grave fue el ocurrido en 1931 en la ciudad de Napier, en la Isla Norte, donde 256 personas perdieron la vida.