Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, pidió ayer al nuevo jefe del Ejército israelí, Beny Gantz, que esté preparado para cualquier eventualidad ante "el terremoto que está sacudiendo el mundo árabe e islámico". "No sabemos dónde terminará todo esto. Sabemos que a final de cuentas el verdadero garante de nuestra existencia aquí, de nuestra capacidad para convencer a nuestros vecinos de hacer la paz con nosotros, es el Ejército", afirmó el primer ministro en la ceremonia de investidura de Gantz como nuevo jefe del Ejército, en su acrónimo hebreo, Tzahal. En su discurso, del que da cuenta la edición en Internet del diario Yediot Aharonot, el jefe del Gobierno israelí exhortó también al alto mando a "buscar la estabilidad" del Ejército, después de que su nombramiento estuviera acompañado de varios escándalos y polémicas internas.

"periodo de inestabilidad" Israel invistió ayer a su nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa en un momento de turbulencias que amenazan la estabilidad de la región, y sobre el que Netanyahu destacó la situación en Egipto. "Vivimos un período de inestabilidad", insistió el primer ministro poco después de ponerle los galones de teniente general al nuevo mando del Ejército, en una ceremonia que tuvo lugar en su oficina.

Gantz, de 52 años e hijo de supervivientes del Holocausto que nació y creció en la cooperativa agrícola de Kfar Ahim, en el centro de Israel, había puesto fin a 34 años de carrera militar y pasado a la reserva hace alrededor de un mes.

Entró al Ejército a finales de 1977 en la Brigada Paracaidista, en la que sirvió como comandante de batallón diez años más tarde, antes de pasar a formar parte de la unidad de elite Shaldag, que también comandaría dos años después.

Desde entonces ha servido en diversos puestos de alto rango, como el de comandante de la División de Judea y Samaria (término bíblico utilizado por Israel para denominar el territorio palestino ocupado de Cisjordania).