JERUSALÉN. El Gobierno israelí se ha limitado a decir que el Ministerio de Exteriores observa atentamente la situación en Egipto y que su titular, Avigdor Lieberman, mantiene contacto continuo con el embajador en El Cairo, Yitzhak Levanon.

La legación diplomática permanece cerrada desde que estallaron las protestas y tampoco abrirá sus puertas mañana.

El primer ministro Benjamín Netanyahu no ha anunciado aún su postura ante las revueltas que amenazan la continuidad en la Presidencia de Mubarak y, según la prensa israelí, ha dado instrucciones estrictas a sus ministros de que no hagan comentarios al respecto.

Una vez finalizada esta tarde la jornada sagrada judía del "shabat" (en la que no hay actividad oficial pública), Exteriores se ha limitado a emitir un breve comunicado en el que anunciaba la llegada al país de los familiares de sus diplomáticos en Egipto, así como de medio centenar de israelíes que se encontraban en El Cairo y deseaban regresar a Israel.

El Gobierno de Mubarak es el principal socio de Israel en la región y ayuda al Estado judío a mantener el bloqueo sobre Gaza, aislando al movimiento islamista Hamás manteniendo cerrada su frontera con la franja en la localidad de Rafah.

La violencia en Egipto se extendió hoy hasta la península del Sinaí, donde se produjeron doce muertos cuando hombres armados de tribus beduinas atacaron a las fuerzas de seguridad egipcias y trataron de tomar el control de la zona, según la agencia de noticias palestina "Maan".

El Gobierno egipcio encabezado por Ahmed Nazif presentó esta mañana su dimisión, pero esto no calmó a los manifestantes, que continúan en las calles exigiendo la salida de Mubarak, que ostenta el poder desde 1981.

Según cifras de los servicios de seguridad egipcios, han muerto en las protestas 20 personas y cerca de 1.500 han resultado heridas, aunque los medios de comunicación elevan a más de setenta el número de víctimas mortales.