VIENA. Unos 2.500 kilos de combustible nuclear altamente radiactivo han sido trasladados desde Serbia hasta un centro de seguridad de Rusia, a 8.000 kilómetros de distancia, en una operación coordinada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

En un comunicado difundido hoy en Viena, el OIEA indicó que el último cargamento llegó hoy a la planta de Mayak, al sur de Rusia, tras un trayecto de cinco semanas, primero por ferrocarril y carretera a través de Serbia, Hungría y Eslovenia, luego en barco hasta el puerto ártico de Murmansk, y de nuevo en tren hasta su destino.

El OIEA asegura que ha sido el mayor cargamento de combustible nuclear exhausto trasladado bajo el auspicio de un programa internacional para repatriar ese material al país de origen.

El combustible fue enviado en su día por la extinta Unión Soviética a un reactor experimental a las afueras de Belgrado, construido en los años 50.

El organismo de la ONU encargado de velar por el uso pacífico de la energía atómica indicó que la permanencia del material en esa ubicación suponía "potenciales amenazas para la seguridad y el medio ambiente".

"Ha sido un proyecto muy complicado. Hemos tenido que implicar a gobiernos, contratistas y ONG", declaró al respecto el director general del OIEA, Yukiya Amano.

En la central de procesamiento de Mayak se separará el uranio aún aprovechable del combustible ya agotado.

La operación de traslado ha tenido un coste de 55 millones de dólares, financiados por Serbia y por donantes internacionales.

El OIEA ha participado en operaciones de repatriación de material atómico desde países como República Checa, Hungría, Rumanía, Libia y Vietnam.