oslo. El Comité Nobel pidió ayer a China que combine el desarrollo económico con reformas políticas y que aprenda a tolerar las críticas, reflejadas en la concesión del Nobel de la Paz de este año al disidente chino Liu Xiabo.
El secretario del comité, Thorbjoern Jagland, trazó un paralelismo entre los destinos del mundo y de China: si ésta impulsa cambios políticos, tendrá un "enorme impacto" positivo en el resto de países; pero, de lo contrario, la influencia será muy negativa. De ahí que hablara de que el mundo debe estar "muy preocupado" por el futuro de China, por la condición de potencia mundial adquirida en las últimas décadas por este país.
La comparecencia de Jagland, celebrada en el Instituto Nobel de Oslo, sustituyó a la tradicional conferencia previa del galardonado con el Nobel de la Paz, suspendida este año por la negativa de China a dejar viajar a Oslo a Liu, que cumple condena de 11 años de cárcel en su país por incitar a la subversión.
Liu, que participó en las protestas de Tianammen en 1989 y fue uno de los autores del manifiesto "Carta 08", fue galardonado "por su lucha larga y no violenta por Derechos Humanos fundamentales en China", según el fallo del jurado.
La elección de Liu refleja la "estrecha conexión" entre derechos humanos, democracia y paz, explicó Jagland, resaltando que no se trata de "un premio contra China", sino una forma de homenajear a los activistas ppor los derechos humanos.
La actriz noruega Liv Ullmann será la encargada de leer un texto de Liu. Diecinueve países no asistirán a la ceremonia. Pekín no ha dado permiso tampoco para viajar a la esposa de Liu -la poetisa Liu Xia, en arresto domiciliario- ni a amigos o familiares del disidente.