madrid. A pesar de las peticiones de algunos candidatos, Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea instaron ayer a que las elecciones generales en Haití se celebren hoy, según el plan establecido. Todos coinciden en que cuánto más se espere, peor. Hay una pequeña élite económica haitiana que espera impaciente la resolución de los comicios, en los que se no sólo elegirá al nuevo presidente, sino también a los miembros del Parlamento y a un tercio del Senado.

Esta élite económica podría garantizar lo que muchos consideran es la última esperanza del país: la estabilidad política. Podría ser en la figura de la ex primera dama y por el momento favorita en las encuestas, Mirlande Manigat, quien ya avisó no obstante de "un posible fraude masivo" en los comicios, los primeros desde el devastador terremoto de enero y que se celebran en medio de una epidemia de cólera que se ha cobrado la vida de más de 1.500 personas y que ni siquiera ha alcanzado su pico.

Tres de los cuatro candidatos haitianos que piden el aplazamiento electoral recuerdan que los comicios "se están viendo afectadas por las protestas, por el luto y por una situación humanitaria urgente", según una misiva enviada al actual presidente del país, René Preval, que por mandato constitucional no puede presentarse a estos comicios.

En su carta, los candidatos Garaudy Laguerre, Gerard Blot y Josette Bijou advierten a Preval de que el país corre el peligro de ser "estigmatizado" a los ojos del mundo y de caer en un aislamiento que tendrá efectos "sobre el turismo, las exportaciones, la diáspora y la economía". Por ello, solicitan a las autoridades "la publicación de un plan nacional para contener la epidemia de cólera como medida previa al establecimiento de "unas correctas condiciones sociopolíticas" para la celebración de los comicios.

Frente a estas voces, EEUU, Naciones Unidas y la Unión Europea apuestan por celebrar las elecciones suceda lo que suceda. "¿Cuándo las haríamos entonces?" se preguntaba el representante especial de la ONU en Haití, Edward Mullet. "¿Cuándo la epidemia empeore?"

Mullet compareció ante los reporteros el pasado jueves, después de conocerse que la cifra de muertos ascendía a 1.523, con más de 60.000 hospitalizados, que podrían terminar convirtiéndose en 400.000 para el año que viene según estimaciones de la subdirectora de la Organización Panamericana de Salud, Kim Andrus a la cadena CTV.

La epidemia va acompañada de su consiguiente explosión de violencia, desde el momento en el que comenzó a extenderse el rumor de que un grupo de soldados nepalíes adscritos a la misión de Estabilización de Naciones Unidas (MINUSTAH) transportó la letal enfermedad.