PARÍS. Suecia ha recurrido a Interpol para lanzar una orden de arresto contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange, acusado en ese país de un presunto delito de violación, que el interesado considera fruto de una campaña para desacreditar su portal de información en internet.

Interpol confirmó hoy haber recibido una demanda sueca para publicar una "alerta roja" para la extradición de Assange, indicó una portavoz de la agencia policial internacional.

Sin embargo, la "alerta roja" no se ha publicado en la web de Interpol porque Suecia no le ha autorizado a dar cuenta del contenido del mandato de detención de Assange, de nacionalidad australiana, precisó a Efe la portavoz.

Tampoco se ha hecho público si el aviso se ha comunicado a los servicios policiales de los países miembros de Interpol porque, como recordó la portavoz, la regla de la organización establece que hay que ofrecer detalles sobre el fondo de la demanda (las razones por las que se busca a una persona y los elementos que las sustentan).

La Corte de Apelación de Estocolmo ordenó el jueves por segunda vez el ingreso en prisión de Assange en relación con la investigación por un delito de violación.

Los abogados de Assange habían dicho ayer que si su cliente no viaja a Suecia, donde le reclama la justicia y donde pasó algo más de un mes este verano, es por el "circo mediático" que se crearía a su alrededor y por las "dificultades" que conllevan sus desplazamientos por motivos de seguridad.

No obstante, los letrados aseguraron que el fundador de Wikileaks se ha ofrecido "en varias ocasiones" a ser interrogado, ya sea "en la embajada de Suecia en Reino Unido", donde se cree que se encuentra en la actualidad, o por videoconferencia.

En agosto, pocos días después de llegar a Suecia para impartir unas conferencias, Assange fue acusado de un delito de violación y de otros tres delitos de acoso y coerción sexual.

Assange negó entonces las acusaciones e insinuó que se podía tratar de un complot de Estados Unidos para desprestigiarle tras las filtraciones aparecidas en Wikileaks.

Este australiano de 39 años se encuentra en el ojo de huracán internacional desde que su portal comenzó a difundir controvertida información confidencial, en particular documentos sobre la guerra de Irak filtrados en octubre, en los que se denuncia la muerte de más de 100.000 iraquíes desde 2003, año en que Estados Unidos invadió el país.