NUEVA YORK. La mortalidad infantil se ha reducido en un tercio desde 1990, pasando de 12,4 a 8,1 millones de niños de menos de cinco años que fallecen al año, pero aunque esto supone un importante progreso no es suficiente para alcanzar la meta fijada por los Objetivos del Milenio (ODM) en este terreno, según los datos dados a conocer por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Según la agencia de la ONU, la tasa de mortalidad infantil ha pasado de 89 menores de cinco años muertos por cada 1.000 nacimientos en 1990 a 60 de cada 1.000 en 2009, lo que supone que actualmente mueren al día 12.000 niños menos en todo el mundo que hace casi dos décadas. No obstante, todavía mueren cada día 22.000 menores, el 70 por ciento de ellos en su primer año de vida.

La mortalidad infantil entre los menores de cinco años sigue estando concentrada en un puñado de países y de hecho la mitad de las muertes que hubo en 2009 se produjeron en India, Nigeria, República Democrática del Congo, Pakistán y China.

No obstante, las tasas más elevadas de mortalidad infantil siguen produciéndose en el Africa Subsahariana, donde uno de cada ocho niños muere antes de cumplir los cinco años, una cifra que contrasta con los países desarrollados, donde la tasa es de uno por cada 167 nacimientos, mientras que en el sur de Asia es de uno por cada catorce.

Según UNICEF, aunque el ritmo a que ha disminuido la mortalidad entre los menores de cinco años ha mejorado de forma significativa entre 2000 y 2009, todavía no es lo suficientemente rápido, especialmente en el Africa Subsahariana y el sur de Asia, como para alcanzar el ODM de una reducción de dos tercios para 2015.