LONDRES. Reino Unido se enfrenta a una nueva ola de ataques por parte de los milicianos nacionales, poco entrenados pero altamente motivados, mientras la red terrorista Al Qaeda cambia su táctica y abandona los grandes y sofisticados atentados por acciones individuales, según indicó este viernes un informe.

El cambio en las tácticas del grupo terrorista, la creciente radicalización de los musulmanes en prisión y una política exterior que "sirve para concentrar la alienación y el resentimiento" están avivando esta amenaza, según el estudio del grupo de expertos Royal United Services Institute (RUSI).

"Se reúnen las condiciones para que se comenta una serie de atentados que podría comenzar en cualquier momento", según el informe, realizado entre otros por el director de RUSI, el profesor Michael Clarke, que ha asesorado al Gobierno británico en temas de seguridad.

Desde el año 2000, se han planeado 20 ataques por parte de islamistas contra Reino Unido, pero sólo uno de ellos tuvo éxito: los atentados en Londres en julio de 2005, en los que cuatro jóvenes británicos terminaron con la vida de 52 personas. Más de 230 personas han sido detenidas por participar en conspiraciones similares.

Reino Unido se encuentra en su segundo mayor nivel de alerta, lo que significa que se considera altamente probable que suceda un atentado. El informe asegura que este país tiene más razones para estar preocupado por el terrorismo interno que ningún otro país occidental.

Sin embargo, el informe también indicó que tanto el origen como la naturaleza de la amenaza han cambiado. En el pasado, "el núcleo de Al Qaeda" en la frontera entre Afganistán y Pakistán había sido el instigador de casi todos los planes de atentar en Reino Unido.

Ahora, grupos como Al Qaeda en la Península Arábiga, que asumió la responsabilidad por un fallido plan de detonar una bomba en un avión estadounidense el día de Navidad, se han involucrado más en las operaciones terroristas. Según este documento, los líderes talibán están a individuos con entrenamiento básico y que se están centrando en grandes eventos deportivos y hoteles.

Mientras, los atacantes suicidas son más propensos a ejecutar asesinatos de personas específicas. "Finalmente, razonan, uno de ellos tendrá la suficiente suerte como para conducir con éxito un gran ataque contra objetivos de alto perfil en los países occidentales", expresó el informe.

Los servicios de seguridad también se enfrentan a una amenaza latente por el creciente número de musulmanes radicales presos en cárceles británicas, un dato que, según el informe, podría crear a 800 "radicales potencialmente violentos" durante la próxima década.

Mientras, algunos de los condenados por implicación en complots terroristas y cuyas sentencias de cárcel son cortas podrían ser liberados y, probablemnte, sigan comprometidos con su causa. "Los servicios de seguridad británicos son muy conscientes de la posibilidad de una serie de ataques individuales al azar contra diferentes objetivos", concluye el informe. "Los atentados contra 'lugares abarrotados' son uno de los principales riesgos asumidos por el Gobierno para los próximos cinco años", añadió.