Jerusalén. Noam Shalit es un hombre hastiado. Desde que su hijo Gilad, cabo del Ejército israelí, fue capturado en el borde de la franja de Gaza por milicianos de las brigadas de Ezzedim El Qassam (brazo armado de Hamás) hace más de cuatro años, ha hecho lo imposible por lograr su liberación.

Por el momento, todo ha sido en vano. El Gobierno israelí, ahora en manos de Benjamín Netanyahu, se niega a liberar a los más de 1.000 prisioneros palestinos que el movimiento islámico exige a cambio del soldado.

Y Hamás no va a conformarse con menos. Desde hace un mes, Noam y su mujer, Aviva, se han instalado en una tienda frente a la casa del primer ministro, Benjamin Netanyahu, y advierten que no se van a mover de allí hasta que Gilad no sea liberado.

Han transcurrido ya más de 1.500 días desde que Gilad fue capturado en Gaza. ¿Tienen alguna novedad sobre su estado?

No, no tenemos noticias desde el pasado octubre, cuando recibimos la cinta de vídeo (en referencia a un vídeo publicado por Hamás en el que se veía al soldado con vida).Poco antes de las elecciones de 2009 usted advirtió que las fechas previas a los comicios eran la última oportunidad antes de tener que empezar de cero con un nuevo gobierno. ¿Se han cumplido estos malos presagios?

Por desgracia, no hay avances desde el pasado mes de enero, cuando el mediador alemán puso su propuesta sobre la mesa y la presentó tanto a Israel como a Hamás, que rechazó la oferta. Desde entonces no hay progresos en esta crisis. Estamos en stand by, no existen negociaciones, están en el congelador.

¿Cómo es su relación con Netanyahu?

No necesito ninguna relación con el Gobierno, ¡sólo exijo la liberación de Gilad! ¿A qué se refiere con relación?

Sus contactos con el anterior primer ministro, Ehud Olmert, no eran del todo fluidos. De hecho, en alguna ocasión aseguró sentirse abandonado y denunció la falta de información procedente de las autoridades. Actualmente, ¿está siendo puntualmente informado de las gestiones que se realizan para liberar a su hijo?

Sí, me informan, pero no necesito reportes, necesito acciones y resultados.En base a estos informes, ¿cree que el Gobierno está haciendo todo lo posible para liberar a Gilad?

No. De otra manera no estaría acampando frente a la oficina del primer ministro. Si estuviese seguro de que él o su gobierno estuviesen haciendo todo lo que está en su mano no estaría aquí acampado viviendo frente a su residencia.

La campaña frente a la vivienda del primer ministro comenzó hace más de un año. Sin embargo, durante el último mes usted y su esposa se han sumado a las personas acampadas y han advertido que no se moverán de aquí hasta que Gilad vuelva a su domicilio. ¿Por qué ahora?

La campaña empezó desde nuestra casa. Hemos caminado 200 kilómetros para estar aquí y protestar y exigir la liberación de nuestro hijo. Más de cuatro años, más de 1.500 días, son suficientes. Creemos que sólo es cuestión de tiempo que sea liberado.

Usted está pidiendo que el Gobierno negocie con Hamás la liberación de casi mil prisioneros a cambio de su hijo, ¿cree que esta posición es entendida por toda la opinión pública israelí?No estoy pidiendo eso, lo que estoy pidiendo es que liberen a mi hijo. Si tienen alternativas, perfecto, que las utilicen.

¿Cree que existen alternativas?No sé, no es mi papel dar consejos, y menos en los medios de comunicación. El primer ministro debería de saber qué hacer, por eso tiene ese cargo y por eso fue elegido, para hacer su trabajo, no como decoración.

No obstante, también hay voces que critican su posición y rechazan esta campaña ya que consideran que se trata de una presión al Gobierno…Lo que debería de preguntarse cualquier persona que piense esto es qué haría él si fuese su hijo el que está en manos de Hamás. Salga a la calle y pregunte a la gente. El 90% le dirá que desea que Gilad sea liberado y vuelva a casa.

Pero, para ello, Hamás exige la liberación de más de un millar de prisioneros…Un bloque de 450 y otro de 550, que sería un gesto para el presidente Abbas. No obstante, éstos 500 serían liberados de todos modos, porque van a terminar su condena.¿Qué le diría a la gente de Gaza, a los palestinos que permanecen encerrados y que podrían beneficiarse de este acuerdo?

Haría un llamamiento a los prisioneros palestinos para que presionen sobre los gobiernos en los próximos días. El Ramadán (que comenzó el pasado día 10 de agosto) podría ser una buena oportunidad para liberar prisioneros y así los presos podrán pasar las fiestas con sus familias.

¿Tiene relación con familiares de algunos de estos prisioneros?

No, no la tengo.

¿Cree que Hamás y el Gobierno israelí están preparados para una liberación de prisioneros?Existe una propuesta alemana, no israelí. ¿Por qué no deberían de estar listos para aceptar esta generosa oferta? Se trata de un millar de presos palestinos por un solo soldado israelí, creo que es generosa.

Cuatro años sin conocer el paradero de su hijo es una dura prueba para una familia. ¿Cómo le ha afectado personalmente el cautiverio de su hijo?

Hacemos lo mejor para mantenernos, pero es evidente que nos ha cambiado la vida de arriba abajo. No obstante, el apoyo marca la diferencia. La opinión pública, la presión de la gente, puede cambiar las mentes de los políticos.

No obstante, también existe un sector de la sociedad israelí que rechaza cualquier intercambio de prisioneros con Hamás…

Es una parte minoritaria. En la calle de abajo (en referencia a una de las vías situadas frente al domicilio del primer ministro, donde se encuentra la tienda que reclama la liberación de Shalit) hay gente manifestándose para que el primer ministro no libere a prisioneros, a terroristas y a asesinos.

Se puede comprobar que nadie les presta atención, que permanecen ahí, pero que nadie les hace caso, si lo comparamos con esta tienda, que recibe visitas, no sólo de Israel, sino del resto del mundo.

Como víctima del conflicto, ¿cree usted que su experiencia puede aportar recetas para su resolución?

No soy un político, sólo soy un padre que quiere que su hijo regrese a casa. Por supuesto que, al igual que la mayoría de israelíes, estamos a favor de la paz. Y estamos a favor de tener una vida pacífica. Eso sí, condenamos las acciones terroristas contra Israel, pero queremos vivir de forma pacífica.