Desde el punto de vista legal, la normativa exige a las empresas de cierto tamaño una transparencia que va más allá de los resultados económicos o la situación financiera, y abarca campos como la sostenibilidad medioambiental o la lucha contra la brecha salarial entre mujeres y hombres. Esa exigencia de transparencia, señaló María Elisa Arroyo, es fundamental para que todos jueguen con las mismas reglas. "Es un pilar para que la información sea comparable y objetiva", explicó la directora de ESG (Environmental, social and governance: factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) de Kutxabank, quien advertía de que, a día de hoy, "los clientes ya preguntan por una financiación sostenible, por un ahorro sostenible". Según María Elisa, "esa inquietud está en la mente de nuestros clientes" y por ello "tenemos que ser capaces de explicarnos bien y con unos esquemas de información que sean comparables y claros". Y así como el cliente reclama una acción responsable a las empresas, estas hacen los propio con sus proveedores, como apuntaba Hugo Ureta (Michelin). "Queremos que la RSC se extienda a toda la cadena de valor", afirmó.

Así, la introducción de la RSC en las diferentes empresas, el hecho de que el consumidor, el cliente, el proveedor o las propias administraciones exijan seguir estos postulados, acaba teniendo su repercusión. En ese sentido, Iraitz Pérez de Goldarazena (Oreka IT) aseguraba que "la sociedad cada vez más tiene una consciencia de que no se trata solo de ganar más dinero, sino de ganar dinero manteniendo el planeta y contribuyendo a la sociedad".

Naiara López de Uralde, de Udapa, cree necesario que "algo tan cotidiano como calcular la huella de carbono u otras pequeñas acciones que estamos haciendo llegue a todos para que veamos lo importante que es".

También en Michelin se han dado cuenta de que "la sociedad está evolucionando", de que "antes la gente podía fijarse solo en el valor del producto, en el coste o las prestaciones", mientras que hoy día "está buscando que la empresa sea responsable, que tenga unos líderes responsables y que se comporte adecuadamente", señaló Hugo Ureta. Así pues, "aunque la ley no lo exigiera, el mundo va a acabar exigiendo que las empresas sean serias y responsables", enfatizó.