Viajar durante horas en coche en verano supone un gran peligro para algunas partes del vehículo como los frenos, la batería y los neumáticos porque pueden sobre calentarse debido a las altas temperaturas y, además, también es arriesgado exigirle al automóvil subir cuestas empinadas o curvas en las montañas.

Para evitarlo, la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) ha confirmado que el motor es la parte más afectada por el calor del coche porque el calor hace que el oxígeno del aire disminuya, haciendo que se seque con mayor facilidad.

Es decir, cuando el motor se sobrecalienta, puede salir humo del mismo y lo mejor que podemos hacer en ese momento es estacionarlo y apagarlo. Es más, hay que dejar que se enfríe al menos diez minutos y abrir el capó para que el calor se disipe rápidamente.

Hay que apagar el motor del coche si se sobre calienta. Freepik

Asimismo, los neumáticos también sufren con el calor porque las altas temperaturas hacen que las carreteras estén mucho más calientes y, como consecuencia de ello, la goma de las llantas sufren, desgastándose más. Para prevenir que se quemen con facilidad, el estudio recomienda que hay que verificar si los neumáticos están en condiciones estables para viajar, esto es, bien inflados, sin ningún rasguño o perforación, limpiar las ruedas con agua y jabón y dejar el vehículo estacionado en la sombra.

Por ejemplo, si vamos a viajar en una carretera en medio del desierto o en una autopista con rocas, es importante llevar una rueda de repuesto porque con las altas temperaturas las ruedas pierden presión y pueden desinflarse fácilmente.

También los frenos, un elemento de seguridad imprescindible en cualquier coche y que sufre bastante con el calor debido al roce contra los frenos del disco. Es decir, si la temperatura va por encima de los 30°C, los discos pueden llegar a deformarse, del mismo modo que los líquidos de los frenos podrían llegar a hervir y llevar al bloqueo por vapor, con lo que los frenos no funcionarían y dañarían el coche.

Revisar las llantas antes de conducir con altas temperaturas. Freepik

Por otra parte, con altas temperaturas, las baterías provocan que el ácido del mismo se evapore haciendo que el componente acabe secándose con mayor rapidez. De este modo daña su estructura interna acelerando lentamente el envejecimiento de la batería. Para prevenirlo, se debe hacer una revisión de los niveles del ácido de la batería, es decir, hay que verificar que ninguna de sus celdas esté vacía o con poco líquido. Es muy importante no dejar el coche aparcado con las luces encendidas porque así evitamos que se produzca una descarga completa de la batería.

Son muchas las partes del vehículo que son afectadas por el calor así que, si queremos disfrutar de un buen viaje por la autopista, es importante ser conscientes de estos daños y saber sus cuidados, sobre todo si queremos disfrutar sin ningún imprevisto.