olkswagen pone al día a su exitoso Polo. No se trata de una nueva generación, sino de una actualización en profundidad para seguir mejorando y ofreciendo un producto atractivo, moderno, eficiente, seguro, dinámico y cada vez más completo. De hecho, se trata de un utilitario compacto que a cada generación -ahora vamos por la sexta- ha ido ganando adeptos, tanto fuera como dentro de nuestro país. Y las razones son más que evidentes: a las cambiantes necesidades de los usuarios -hace décadas el coche era un medio de locomoción que usaba el padre o la madre y en el que se desplazaban ocasionalmente todos los integrantes de la familia, mientras que hoy en día se trata de un vehículo que emplean diferentes tipos de familias y cualquiera de sus integrantes con carné de conducir- se une el hecho de que el Polo ha crecido y mucho en tamaño (4,074 metros de largura y 351 litros de maletero), habitabilidad, equipamiento, prestaciones y estética.
Esta última puesta al día afecta a apartados fundamentales como el diseño, las tecnologías, los acabados y la dotación de este auténtico superventas, en un proceso que la propia marca alemana define como "un importante salto cualitativo". Visto desde el exterior, el modelo fabricado en Navarra modifica el frontal con sus nuevos paragolpes, capó y faros, dentro de un conjunto en el que la iluminación adquiere protagonismo merced a su tecnología Led de serie, incluyendo los opcionales tope de gama IQ.Light Led Matrix para el acabado R-Line, que junto con la banda luminosa que recorre la parte inferior de la parrilla delantera le confieren un aspecto vanguardista e impactante. Por detrás, los pilotos traseros divididos, también de Led y que llegan a ocupar parte de la superficie del portón, y el paragolpes posterior aportan una imagen más moderna, tecnológica y elegante, en sintonía con la nueva gama de llantas de aleación de 15, 16 y 17 pulgadas de diámetro.
Fruto de su tiempo, el nuevo Polo se presenta más tecnológico, digital y conectado. Entre su equipamiento de serie incorpora el panel de instrumentos Digital Cockpit con pantalla de ocho pulgadas, App-Connect, We Connect Plus con llamada de emergencia, volante multifunción y retrovisores eléctricos calefactados. Un escalón por encima, la terminación Life, añade de partida App-Connect inalámbrico y los sistemas de infoentretenimiento basados en la tercera generación de la plataforma modular de infoentretenimiento; en tanto que el tope de gama R-Line exhibe su Digital Cockpit Pro con pantalla de 10,25 pulgadas (opcional para el Life). El nuevo Polo también puede integrar por primera el sistema de navegación Discover Pro con pantalla táctil de 9,2 pulgadas y control gestual.
El progreso tecnológico también tiene su extensión al capítulo de seguridad, con especial incidencia en las asistencias a la conducción. De serie incluye el sistema de monitorización del área frontal (Front Assist) y el de mantenimiento de carril (Lane Assist), que se complementan con el paquete de asistentes de conducción IQ. Drive que engloban ayudas opcionales como el Travel Assist (controla la dirección, aceleración y frenada, siempre con las manos apoyadas en el volante), el control de crucero adaptativo (ACC) y Park Pilot, de serie en la terminación R-Line. La dotación de ayudas se completa con otros mecanismos como la frenada de emergencia en ciudad, la detección de cansancio o el freno multicolisión, entre diversos componentes.
Más atractivo por fuera y más seguro, este nuevo Polo sigue siendo tan funcional y elegante como siempre, con una elevada comodidad que se traslada a los asientos Comfort, el volante multifunción y el pomo del cambio revestido en cuero para el acabado Life; en tanto que los R-Line lucen volante deportivo, cristales tintados y diseño interior específico. Al Climatronic de la terminación Polo se suma desde el Life el control de la temperatura bizona.
Por lo que respecta a las motorizaciones -y a la espera de previsibles futuras incorporaciones como el motor 1.5 TSI de 150 CV, ya presente en el anterior Polo y T-Cross-, por el momento ofrece sus grupos motrices de gasolina de tres cilindros turboalimentados y un litro de capacidad, con dos niveles de rendimiento: 1.0 TSI de 95 CV, 175 Nm, cambio manual de cinco marchas o automático de DSG de doble embrague y siete relaciones, y 187 km/h de velocidad máxima; y 1.0 TSI de 110 CV, 200 Nm, con caja DSG y 195 km/h de punta. El Tope de gama vuelve a estar copado por el impresionante Polo GTI, con su propulsor de gasolina de cuatro cilindros y dos litros de 207 CV de 4.600 a 6.000 rpm, 320 Nm de 1.500 a 4.500 vueltas, caja DSG de siete marchas, 6,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y 240 km/h de velocidad máxima. Queda claro que con esta actualización Volkswagen eleva al Polo a la enésima potencia.