bilbao - Jaguar ya tiene a punto la nueva entrega del XF. El modelo ‘medio’ de la gama experimenta una evolución formal bastante comedida, tanto que enmascara su revolución tecnológica. Fruto de la misma, el hermano mayor del recién llegado XE comparte con él una plataforma mayoritariamente construida en aluminio, lo que propicia perder casi doscientos kilos respecto a la entrega anterior. El fabricante admite ya pedidos de un coche que cuesta entre 42.943 y 81.245, que llegará a los primeros clientes en otoño. Lo propone con media docena de motorizaciones (entre 163 y 380 CV), la mitad de ellas diésel.

El continuismo estético que hace perfectamente reconocible a este modelo no ha impedido optimizar su ya brillante coeficiente aerodinámico, que progresa de 0,29 a 0,26. Lo consigue sin alterar apenas las dimensiones originales. La entrega inmediata ocupa 4,95 metros de largo y eleva el techo a 1,46 metros, lo que supone respectivamente 7 y 3 milímetros menos que antes. La anchura es similar (1,88 m.), pero la distancia entre ejes gana 5,1 centímetros (alcanza 2,96 m.), esa cota da pie a Jaguar para proclamar que el renovado XF es uno de los automóviles más espaciosos de la categoría. El portaequipajes repite los 540 litros de la generación saliente.

El objetivo de esta remesa es, una vez más, ponerse a la altura de los grandes de Alemania, esto es, quitar clientes al Serie 5 de BMW, al Clase E de MB y al A6 de Audi. Para intentarlo, el pretendiente inglés podrá contar con los más sofisticados recursos técnicos del mercado.

Además, plantea una gama con seis motores sobrealimentados. Oferta tres unidades diésel, las 2.0 (163 y 180 CV) del XE y la 3.0 V6 biturbo (300 CV); la alternativa menos solvente permite alcanzar un nuevo récord de bajo consumo al conformarse oficialmente con 3,9 litros a los cien kilómetros. La vertiente gasolina del catálogo encadena el cuatro cilindros 2.0 turbo de 240 CV con dos ejecuciones V6 de tres litros (340 y 380 CV). Algunas de estas variantes sustituyen la propulsión por tracción a las cuatro ruedas. La transmisión es manual de seis marchas o automática de ocho.