El vicelehendakari Torres abrió la semana pasada un melón, el de la mayor cantidad de bajas médicas en Euskadi en la comparativa con el resto del Estado, que dará que hablar y que veremos cómo se resuelve con el tiempo, ya que algunos pasos se han dado que, de momento, no han conducido a ninguna parte. En esto, como todo en la vida, solo tenemos que darnos un garbeo por nuestro entorno para encontrar casos de todo tipo. Hay quienes aguantan carros y carretas antes de ir al médico –ya no les digo nada cuando el enfermo es autónomo, pues hay casos que asombran a quien los escucha y en los que la salud se pone en serio riesgo solo por el hecho de tener que seguir facturando para poder vivir– porque tienen un compromiso personal con su trabajo muy elevado y consideran su ausencia como algo inconcebible; por otra parte, el grupo mayoritario es el de aquellos que recurren a la baja médica solo en casos de necesidad clara y se ven incapacitados para asistir a su puesto laboral; y, por último, y seguramente el más reducido, está el de los jetas, que en todos los ámbitos de la vida existen: aquellos que se aprovechan de todo y de todos en beneficio propio y que se creen más listos que nadie por estos fraudes. Veremos.