por descontado hay que recurrir al clásico tópico de que no conviene vender la piel del oso antes de cazarlo, pero la temporada 2024-25 ha amanecido con unos esperanzadores brotes verdes para el Deportivo Alavés. Pese a las consabidas limitaciones económicas, Sergio Fernández y el club han puesto a disposición de Luis García una plantilla de muchísimos quilates y con posiciones ofensivas hasta por triplicado. Aquellos que criticaban la falta de inversión por parte de las altas esferas deberán taparse en esta ocasión viendo los conejos de la chistera que se ha sacado de la manga el director deportivo leonés, cuyo trabajo debe realzarse. Puestos a soñar con algo grande, ¿por qué no apuntar alto y tratar de merodear los puestos europeos? Entre el notable abanico de recursos que maneja el entrenador madrileño, sobre todo de medio campo hacia adelante –solo hay que ver el banquillo del Glorioso en cada una de las cuatro jornadas– y que muchos rivales destinados a quedar por delante del equipo albiazul (Real Sociedad, Athletic, Sevilla, Valencia...) han rubricado un arranque repleto de dudas, anida la impresión de que el Alavés puede ubicarse mucho más cerca de la zona noble que de los puestos calientes. Y todo ello, claro, sin perder la humildad para asegurar cuanto antes la salvación.
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