No, no ha sido una chapuza. Va más allá que una simple chapuza. Ha sido un ejemplo más del machismo que sigue campando a nuestro alrededor, en nuestro día a día, sin ninguna consecuencia. El periodista Manu Carreño lo calificó de “chapuza”. Pero eso no responde a la realidad. Se queda muy corto. Las futbolistas del FC Barcelona ganan su tercera Supercopa al derrotar a la Real Sociedad. Pero a diferencia de la Supercopa masculina, las campeonas no solo tuvieron que recoger ellas mismas las medallas, tuvieron que ponérselas ellas mismas. ¿Por qué? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que el máximo representante del fútbol español, Luis Rubiales, estuvo en el partido. Pero no bajó al césped a felicitar a las ganadoras, ni les puso las medallas, como ocurrió en la Supercopa masculina. Y si nos hemos enterado de esta vergüenza ha sido gracias a las imágenes que grabó un aficionado. ¿En serio? ¿Solo os parece una chapuza que no se puede volver a repetir? Yo y muchas más creemos que ha sido un acto de discriminación y machismo que hay que denunciar como lo que es. Y por favor, no olvidemos que diferentes estudios constatan una estrecha relación entre cultura patriarcal, desigualdad entre hombres y mujeres y violencia de género.