El pasado jueves me sorprendieron, para bien, las declaraciones del conocido streamer Ibai Llanos, que, según explicó, ha rechazado la invitación de la Federación Española de Fútbol para viajar con la selección a Catar y grabar contenido durante el Mundial. Un sueño para cualquier chaval de 27 años que, como él, sea un entusiasta del fútbol y al que ha renunciado sencillamente por cuestiones éticas. Mientras, todo el mundillo del fútbol ha hecho la vista gorda con las injusticias que tienen lugar en el país árabe, sus constantes violaciones de los derechos humanos y los miles de trabajadores que han fallecido durante la organización del evento. Que sí, que Dinamarca iba a jugar con una camiseta con el lema “derechos humanos para todos” (que, por cierto, ha prohibido la FIFA) y varios futbolistas van a vestir el brazalete con los colores de la bandera LGBTIQ+, pero nadie se ha negado a participar en ese circo como sí lo ha hecho Ibai. La rueda de prensa de Luis Enrique ayer sin ninguna pregunta sobre la moralidad del Mundial es buena muestra de que todos son conscientes de que lo que están haciendo no es ético, pero la pasta lo compensa todo. Al menos me quedo con la satisfacción de saber que todos los jóvenes que tienen a Ibai como referente están en buenas manos.