Creo que el título de este rinconcito literario hoy me viene como anillo al dedo. Como publicaba ayer DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, ya hay plácet para el nacimiento de la DOP Viñedos de Álava, un nuevo actor que llega al panorama de la industria vitivinícola alavesa para regocijo de unos y cabreo supino de otros. Cuando vean la luz estas breves líneas, ya habrá reaccionado hasta el tato tras la decisión administrativa del Gobierno Vasco, que es quien ha aprobado la creación de la nueva Denominación a expensas de que la Comisión Europea dé el visto bueno o eche por tierra los deseos de quienes han auspiciado la indicación geográfica. Hasta que llegue la decisión final de Bruselas, me temo que el mundo del vino de Rioja Alavesa, que es la mejor tarjeta de visita del sector primario y del turismo del territorio, va a tener que padecer los vaivenes y rigores de una politización extrema que en nada va a ayudar a las bodegas y a los agricultores, que son los verdaderos protagonistas de una forma de hacer milenaria que trascenderá mucho más allá del nombre de la etiqueta bajo la que se comercialicen los vinos. En fin, me temo que, a falta de copa, nos queda por beber copa y media de quiebras, tensiones y desacuerdos teledirigidos. Lamentable.