“Para que conste, no estoy embarazada. Lo que estoy es harta”. Hace seis años este titular dio la vuelta al mundo. Una famosa actriz tuvo que parar el acoso al que se veía sometida a diario, debido al doble baremo con el que se juzga a los hombres y a las mujeres en su vida personal. Decía entonces (y tiene que seguir diciendo hoy en día) que está harta de que le pregunten cuándo va a ser madre, harta del constante escrutinio que sufrimos las mujeres cuando no cumplimos el rol que nos exige la sociedad. Lo que está claro es que las mujeres estamos completas con o sin pareja, con o sin un hijo. Tomamos nuestras propias decisiones, basadas en nuestras reflexiones y motivaciones. Y claro que no, no necesitamos estar casadas o ser madres para estar completas. Esa decisión es nuestra y solo nuestra. Lo que también tenéis que saber es que nosotras, igual que vosotros, trabajamos muy duro como para ser reducidas en muchas ocasiones a ‘una triste mujer que no tiene hijos’. Y recuerda, esto vale para todas: nuestras madres, hijas, hermanas, mujeres, amigas y colegas. La cosificación y el escrutinio que ponemos en las mujeres son absurdos e inquietantes. Decidimos por nosotras mismas, y cada una tenemos muy claro cuál es nuestro propio ‘felices para siempre’.