os de los viejillos de nuestro amado templo del cortado mañanero han amenazado con terminar este jueves subidos a la barra tipo El bar Coyote para animar la fiesta. Solo un dato, entre los dos suman una cadera rota, un riñón muerto en combate y unos 160 años. Eso sí, lo de cantar lo llevan bien, sobre todo con un par de tintos de más. Nos van a meter una sesión de Alfredo Donnay que no va a quedar nadie vivo. El baile, ya si eso, otro día. Nuestro amado escanciador de café y otras sustancias lleva desde el martes sacando tanto brillo a la barra que hemos descubierto que había unos apliques dorados a modo de decoración que ninguno habíamos visto nunca. Ríete tú de cómo deja el personaje de Vincent D'Onofrio los baños del cuartel en La chaqueta metálica. Eso sí, alguno de los venerables está algo temeroso porque ha perdido en el brazo la huella de la barra y recuperar eso va a costar lo suyo. Va a ser cuestión de meter horas como si no hubiera un mañana. Ahora bien, el dueño del local ya ha avisado de dos cosas. La superficial, que hay que seguir llevando mascarilla, no vengamos a tocar las narices con lo del fin de las restricciones. La importante, que aunque sea un jueves diferente después de tantos meses de espera, no piensa invitar ni a una ronda, ni a un pintxo ni a nada de nada, madarfacars.
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