uficiente hemos tenido con explicarles a los viejillos de nuestro amado templo del cortado mañanero quién es King África (aunque a alguno le sonaba de haberlo visto en la tele) como para adentrarnos en las profundidades y contarles que en realidad la canción la hizo Azul Azul. Pero nuestro querido escanciador de café y otras sustancias nos han recibido en esta enésima vuelta a la barra con La bomba a todo trapo, porque asegura que o se empieza a tomar a risa el ir y venir de decisiones contradictorias entre sí con respecto al bicho y la hostelería o se le va a quedar pequeño el lanzamisiles al que le tiene echado el ojo. Los venerables han entendido a la perfección el mensaje subliminal que se esconde tras suavecito para abajo, para abajo, para abajo/Suavecito para arriba, para arriba, para arriba. Estamos todo el día sin saber si venimos o si vamos y en el bar hay quien asegura que el bicho se tiene que estar descojonando de todos nosotros por cenutrios. De momento, vamos a ver cómo le transformamos el gusto musical al dueño del local, que también le ha dado por ponernos Vivir así es morir de amor de Camilo Sesto y está todo el día al otro lado de la barra con aquello de ¡Y ya no puedo más!/¡Y ya no puedo más!/Estoy harto de rodar como una noria. Otro cierre del bar y lo llevamos al loquero fijo.
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