Casi no salimos vivos. Hay temas que en nuestro querido templo del cortado mañanero empiezan entre risas y pueden acabar a machetazos. Nos pasó el otro día y hubo momentos en los que aquello tenía pinta de acabar como el rosario de la aurora. Todo gracias al Ayuntamiento de Vitoria y su decisión de no sacar animales en las cabalgatas de Olentzero y los Reyes Magos. Primero, aclarar que a la parroquia de viejillos, las actividades navideñas ni les van ni les vienen, que suficiente tienen con aclararse con la agenda de dónde cenan o dónde comen este día o el otro, que tenemos abuelos que no pisan su casa en casi dos semanas de tanto ir y venir. A nuestro querido escanciador de café y otras sustancias se le ocurrió decir que le parecía fatal que no sacasen animales de cuatro patas teniendo en cuenta la de sinsustancias de dos piernas que hay por ahí. Alguien dijo que tenemos la piel muy fina con los derechos de los animales. Otro que la tenemos muy fina con los derechos de burros como tú. Otro soltó que hasta la iglesia había quitado la mula y el buey de los belenes. Otro que estamos matando las tradiciones... Y la cosa fue subiendo de tono hasta que un servidor temió por la vida del ciervo de plástico que hay sobre la barra puesto que estuvo a punto de ser arma voladora. Qué bonita es la Navidad.