La futura Ley de Bienestar Animal sigue su camino ya está en el Congreso, donde los diversos grupos políticos, tanto los que forman parte del Gobierno de coalición como los que están en la oposición, proponen o rechazan mejoras, cambios que negocian entre ellos antes de los debates.

Una de las novedades que aporta esta ley en lo que respecta al mundo de los gatos es la ordenación de las diversas realidades felinas y como garantizar la protección el bienestar y los derechos de estos animales, vivan en un hogar con humanos o en colonias semisilvestres y en libertad.

Los gatos domésticos son los que están identificados y viven con humanos. Freepik

La categorización legal de los gatos

Así, de aprobarse la nueva ley, todos los gatos se considerarán animales domésticos y de compañía, pero se ordenarán en tres grande categorías: los gatos con hogar, los gatos comunitarios y los gatos desamparados. De esta forma cada uno de ellas tendrá una gestión y un manejo diferentes.

Los gatos con hogar son los gatos domésticos, los que viven y conviven directamente en con los humanos. Son los gatos de casa. Estos felinos deberán estar identificados con un microchip y deberá estar inscritos en un registro oficial de la Unión Europea. Si no es un un ejemplar dedicado a la reproducción propiedad de un criador profesional, deberá ser esterilizado antes de cumplir lo seis meses de edad.

Estos felinos domésticos pueden a su vez agruparse en cuatro grupos:

  • Los gatos identificados. Los que se encuentran identificados e inscritos en un registro. Además vive en un hogar y , en principio, no sale al exterior.
  • Los gatos merodeadores. Son gatos identificados, pero que salen al exterior de la vivienda de forma regular y sin supervisión de nadie.
  • Los gatos extraviados. Son los que han desaparecido y su propietario a denunciado su pérdida ante las autoridades.
  • Los gatos abandonados. Son los que se encuentran vagando por la calle sin supervisión y sin un hogar humano al que volver a pesar de estar identificados pero que su propietario no ha denunciado su robo o pérdida. También los que han quedado abandonados en residencias, clínicas veterinarias u otros centros.

Los gatos comunitarios son las camadas nacidas de gatos abandonados, extraviados o merodeadores sin esterilizar que viven en libertad en un entorno humano y se agrupan en comunidades estables, en colonias felinas. La gestión de estos grupos será por el Método CER, que se basa en capturarlos para su esterilización y volver a soltarlos en el mismo sitio en el que viven. En este proceso se le implantará también un microchip, se le vacunará y desparasitará. Además debe instalarse en la zona de la colonia de una infraestructura que mejore su bienestar.

Los gatos comunitarios son los que viven en colonias callejeras que son cuidadas y controladas por voluntarios. Freepik

En este grupo de gatos se ha hecho una subdivisión en dos tipos:

  • Los gatos adoptables. Son los felinos que por su carácter, su proceso de socialización o por edad podrían ser adoptados e integrarse en un hogar.
  • Los gatos no adoptables. Son los gatos a los que su carácter dificulta mucho o directamente impide su adaptación a la convivencia en un hogar con humanos.

Los gatos desamparados son aquellos que independientemente de su origen, se encuentren en una situación de indefensión o enfermedad sin recibir atención o auxilio. En estos casos se trata de darles el amparo, la protección que necesitas y solucionar su situación.

Polémica con la colonias felinas

Entre las cuestiones que más polvareda está levantando durante la tramitación de esta ley de Bienestar animal, y referido a los gatos, está el tema de la gestión, de la propia existencia de las colonias felinas con gatos ferales, de gatos libres.

Frente a quienes abogan por el mantenimiento de estos animales y su cuidado, de darles el bienestar que puedan necesitar, se han alzado voces que alertan de las implicaciones y de los riesgos que pueden suponer para la biodiversidad. Un grupo de científicos de la Universidad Pablo de Olavide y de la Estación Biológica de Doñana publicó una carta en la que señalaban como una deficiencia de esta ley el conflicto que se crea entre la protección de los gatos y el cuidado de la biodiversidad. “La ley pretende garantizar la protección y el apoyo de estas colonias, prohibiendo su eliminación y reemplazando el sacrificio por el control de fertilidad, que es considerado más ético”, explican.

Un gato con un pajarico recién cazado en la boca. Freepik

Una de las investigadoras de la Pablo Olavide, Martina Carrete, afirma que esta estrategia “solo permite una reducción de la población cuando se aplica a un alto porcentaje de animales, durante periodos largos de tiempo y en lugares cercanos” y añade que “esto tiene un gran coste asociado e implica la aparición de otros impactos que también deben ser gestionados de manera simultánea”.

Otro de los científicos, Miguel Clavero, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), añade que “los gatos domésticos son considerados los depredadores no nativos más dañinos para la biodiversidad. Numerosos estudios indican que estuvieron implicados en más de una cuarta parte de las extinciones de aves, mamíferos y reptiles en los últimos siglos”. “Al contrario de lo que se suele pensar, el que un gato esté bien alimentado no significa que no siga cazando. De hecho, en muchas zonas, los gatos callejeros, son los principales depredadores, ya que sus poblaciones son mucho más abundantes que las de los depredadores silvestres más comunes”, concluye

Por ello consideran que habría que tratar de “que la protección del bienestar animal no choque frontalmente con las estrategias de conservación”. “Para garantizar el bienestar animal, la ley debería enfocarse exclusivamente en la protección de los animales de compañía, evitando entrar en conflicto con otras normas y estrategias para la conservación de la biodiversidad”.