Presidente sustituto (qué chiste) del requetecaducado CGPJ: Empiezo anotando que su historia es la de un piernas mediocre elevado a una categoría que está infinitamente por encima de sus capacidades. Con suerte, podría haber sido juez de paz en una aldea en la que la mayor disquisición fuera una bronca de lindes o una pelea en la tasca del pueblo. Pero ahí está usted, elevado a la máxima responsabilidad del que nos presentan como “órgano de gobierno de los jueces”. Con dos gramos menos de autoestima, sería consecuente con la realidad de su nombramiento: le ha tocado el cargo como a mi padre una vez la muñeca Chochona de una tómbola. En vez de cubrirse, cacarea que “ningún juez puede ser emplazado por comisión parlamentaria alguna”. Traducción: son intocables. Venga ya.