Hubo un tiempo no demasiado lejano y que quisiéramos dar por superado en el que la tibieza en la denuncia de las acciones de ETA quedaba patente en la expresión “condeno todas las violencias vengan de donde vengan”. Por lo que se ve, el latiguillo no pasa de moda. Ayer lo escuchamos en labios de Alberto Núñez Feijóo. Cierto, faltó lo de “vengan de donde vengan”, pero quedaba implícito en la frase principal: “Condeno todas las violencias”.

Fue la forma del líder del PP de aparentar –¡con cuatro días de retraso!– que rechaza los reiterados ataques violentos a las sedes del PSOE sin decirlo realmente. Aunque, en realidad, la cosa fue todavía peor, porque en la misma fórmula no se privó de acusar a los atacados de no hacer lo mismo. Hasta Isabel Díaz Ayuso lo dejó en evidencia cuando mostró su repulsa sin apostillas y aún añadió: “Yo, con los ultras no voy ni a la vuelta de la esquina”.

Dada su trayectoria, cabe dudar de la sinceridad de la presidenta madrileña, pero no de su olfato político. Ella sabe que las algaradas tienen efecto bumerán para su partido. El baño de focos de Sánchez visitando Ferraz es la prueba definitiva.

La investidura, ahora más cerca

No sabe uno a qué carta quedarse. Durante casi toda la jornada de ayer, los equipos negociadores de Junts y PSOE habían sincronizado sus filtraciones en el mismo sentido que el martes. La idea era que las prisas son malas consejeras y que cuatro o cinco días más no van a ninguna parte. Pero hete aquí que, a punto de terminar el martes y con las ediciones de papel casi en las rotativas, la parte catalana trasladó a sus gargantas profundas habituales que se habían salvado los escollos más importantes y que el acuerdo estaba listo para ser presentado hoy mismo.

Más prudentes, las socorridas fuentes bien informadas del lado socialista se limitaban a decir que todo iba muy bien. Escarmentados por pasados fracasos de madrugada, preferían no pillarse los dedos. Con todo, la impresión general es que antes de que se acabe este día, PSOE y Junts (veremos con qué coreografía) anunciarán el pacto. En el centro, eso no nos lo tienen que decir, estará el proyecto de ley de amnistía. Según ha trascendido, el último texto salva a Carles Puigdemont y Marta Rovira de la última acometida del juez García Castellón.

Así que lo siguiente es reprogramar el calendario. Las cábalas apuntan a que el lunes o el martes de la semana que viene se registrará la proposición de ley de amnistía. De ese modo, la presidenta de la cámara, Francina Armengol, podría fijar la primera sesión de investidura para el jueves. ¿Y no falta nada? Pues sí. A esta hora, a Sánchez siguen sin salirle los números. Le quedan los cinco votos decisivos del PNV. Y las negociaciones con los jeltzales, de las que apenas hemos sabido nada, siguen abiertas.