Club valiente y luchador que defiende sus colores con brío arrollador, según la primera estrofa de su himno: Aunque hace tiempo que el fútbol dejó de estar entre mis pasiones, mañana me sentaré ante la pantalla de televisión con el corazón en un puño y espero con toda mi alma que al final del partido pueda celebrar que la Copa se viene a Iruña por primera vez. Si ocurre –ojalá–, no podremos decir que fue el fruto de la casualidad, sino de un trabajo duro, constante, coherente, de un grupo humano dirigido por alguien como Jagoba Arrasate, que, más allá de sus conocimientos futbolísticos, es un fuera de serie en lo personal. Como guinda, una afición que no ha abandonado a los suyos en los momentos más duros. Se merecen la victoria.