El PP no soltará la presa

– Les escribía ayer aquí mismo sobre lo entretenido que se estaba poniendo el llamado Caso Mediador, que ya empieza a ser algo más que una china en el zapato para el PSOE. Como sabrán, lo penúltimo es que se investigan por lo menos dos cenas de la figura central de la trama, el exdiputado Juan Bernardo Fuentes –por mal nombre, Tito Berni– con hasta una veintena de compañeros del grupo parlamentario. Sin duda, el PP y sus terminales mediáticas no van a soltar la suculenta presa. No hay más que ver que el alias del aprendiz de cacique canario sale en dos de cada tres frases de los políticos gaviotiles y que la emperatriz de Sol, Díaz Ayuso, no se cortó en asegurar que el caso “va a hacer caer al Gobierno de Sánchez”. Sin duda, y aún a falta de la muchísima tela que quede por cortar, estamos ante una trapisonda muy grave. Pero como tampoco nos hemos caído de ningún guindo, debemos tener muy claro que es una minucia al lado de la trama Kitchen y sus derivadas.

Corrupción de estado

– La diferencia es demoledora. Mediador es una sucesión de triles de unos vivales desahogados que practican la mordida al más casposo estilo de los ochenta y los noventa del siglo pasado: con fotos en calzoncillos junto a prostitutas en bacanales cutresalchicheras regadas con vodka y espolvoreadas con farlopa. La Kitchen, la Operación Catalunya y/o lo de la policía patriótica también tienen un punto brutalmente chapucero, pero, por encima de todo, fueron una muestra de gangrena democrática practicada por nada menos que la cúpula del ministerio de Interior con el objetivo múltiple de salvar al partido del gobierno y destruir mediante la fabricación de pruebas falsas a los enemigos políticos, es decir, el soberanismo catalán y Podemos.

Más pruebas

– No hablamos de indicios, sospechas ni, desde luego, teorías de la conspiración. Los hechos están tasados y medidos desde hace muchos años. Todos hemos escuchado las grabaciones del siniestro ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, reclamando a sus esbirros que difundieran falsedades porque luego “esto la fiscalía te lo afina”. Del mismo modo, se nos ha radiotelegrafiado la chusca aventura de Mortadelo y Filemón para robar en la casa de Luis Bárcenas las pruebas sobre la financiación putrefacta del PP y el pago de sobresueldos en b a prácticamente todos sus dirigentes, empezando por Eme punto Rajoy. A esa larga lista de tropelías se unen los centenares de guasaps que publicó ayer El País, en los que los miembros de la cúpula de Interior se engolfaban de conseguir y difundir bulos sobre sus bestias negras.