Joven valiente y con las cosas claras: En primer lugar, le felicito por su estratosférica nota de Selectividad (déjeme seguir llamándola así, que yo soy del plan antiguo), nada menos que un 13, 964. Solo un fallo tonto en alemán —¡alemán!— le privó de las 36 centésimas que lo habrían llevado al pleno al 14, la nota máxima. Con todo, el auténtico motivo de que venga aquí a quitarme el cráneo ante usted es que, de entre todas las carreras a su alcance, haya escogido Filología Clásica. Dijo que le mueve la felicidad y los más tontos del lugar se le echaron encima y, además de insultarle, le vaticinaron un largo paro. Por moribunda que parezca la disciplina, un tipo que la va a dominar al dedillo tendrá siempre trabajo. Y además, será feliz. Que se jodan los tiñosos. l