dmirable médica y atleta: Le llevo debiendo esta carta desde la semana pasada, que fue cuando apareció en la portada de la revista Time, algo que está al alcance de muy pocos. En su caso, le sobran los méritos. Habiendo nacido con menos de un 10 por ciento de visión, ha sido capaz de alcanzar sus dos ilusiones infantiles: ejercer la medicina y competir en unos Juegos Olímpicos. Ha tenido que hacerlo venciendo no solo los obstáculos físicos propios sino las barreras y los recelos mentales que le ponían los demás. Humilde, usted dice que la suya “podría ser la historia de cualquier niña o niño con discapacidad que decide crecer persiguiendo sueños que parecen no pertenecer a las personas que son diferentes”. Eso la hace todavía más grande.
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