Borja Sémper se reestrena en la primera línea política entre pitos y palmas del tendido diestro. Para unos, es el rostro amable que necesitaba Feijóo para contrapesar a Ayuso y sus ayusadas. Para otros, un sorayo blandengue o lo que Clemente llamaba un mingafría.
"Feijóo necesita tener un equipo de primera y los restos del fracasado sorayismo están muy lejos de serlo"
En Libertad Digital no tienen dudas. Con el de Irún y otros de su perfil no se le hacen ni cosquillas alo que llaman Frankenstein. Palabra de Carmelo Jordá: “Nombres como el de Íñigo de la Serna o Borja Sémper, que sin ánimo de ofender no le han empatado nunca a nadie, no me parecen lo que necesita un PP que se va a enfrentar a un Gobierno y un PSOE dispuestos a todo, capaces de cualquier cosa. Feijóo necesita tener un equipo de primera y los restos del fracasado sorayismo están muy lejos de serlo”.
"Los sorayistas repiten, al modo Hare Krisna, tres palabras de orden hipnótico: moderación, centro y sosiego. Ellos van duchados y acicalados; ellas también, pero sin peluquería"
Sin nombrar a Sémper, el jefe del chiringo ultraliberal, Federico Jiménez Losantos, le pone de vuelta y media en El Mundo. En realidad, la bofetada es para Feijóo, al que advierte de que está regalando un potosí a Vox: “Los sorayistas repiten, al modo Hare Krisna, tres palabras de orden hipnótico: moderación, centro y sosiego. Ellos van duchados y acicalados; ellas también, pero sin peluquería. Es una masonería de opositores, que no pisó el sector privado, sino lo que llamaba Mariano «el Estao». El que no es abogado del Estao dura poco. Su política es administrar las leyes de la izquierda, que respetan religiosamente. Y la primera acción del sorayismo ha sido quitar la denuncia contra Pedro Sánchez por asaltar el Poder Judicial”.
"Sémper encarna la quintaesencia del club de los 'sorayos' redivivos, esa hermandad como de hojaldre"
En Vozpópuli, José Alejandro Vara parece favorable, pero su modo de expresarlo es peculiar. No se sabe si lo elogia o si lo vitupera: “Sémper encarna la quintaesencia del club de los 'sorayos' redivivos, esa hermandad como de hojaldre, de hablar tan discreto que huye incluso de las metáforas, como Iñigo de la Serna, también alto y buen mozo, encargado ahora del programa electoral. Soraya es el vértice inspirador de este grupo y, no se olvide, Juanma Moreno, su profeta en la tierra”.
“El PP ha abierto la temporada de fichajes y recupera viejos partidarios deseosos de meterse otra vez en jaleos. Porque ven emoción y oportunidades”, escribe el director de ABC, Julián Quirós. El editorialista (probablemente, él mismo) remata: “Feijóo acierta al recuperar a dirigentes del partido desaparecidos en su día y alejados de la radicalización política. De hecho, los primeros nombres que Feijóo ha dado a conocer para integrarlos en su núcleo duro electoral –el caso de Borja Sémper o de Íñigo de la Serna– no presentan precisamente un perfil radical”.
Con todo, el más entusiasta es Pedro J. Ramírez, que recibe así en El Español la vuelta del hijo pródigo: “Feijóo acierta escogiendo para la dirección de su partido los perfiles moderados y más alejados posibles de Vox y de lo que este representa. Algo que los ciudadanos agradecerán con total seguridad tras el hartazgo provocado tras tres años muy crispados y en los que los radicales se han apoderado del escenario político y mediático como no había ocurrido jamás antes en democracia”.
"Esparza va a garantizar un nuevo Gobierno de la izquierda y los abertzales. En su conciencia quedará"
En El Debate, Ramón Pérez-Maura suspira por otros fichajes para el PP, los de los tránsfugas de UPN Sergio Sayas y Carlos García Adanero. Según sostiene, es la única esperanza de evitar la debacle en Navarra de lo que llama “el centro-derecha”. La culpa de todo es de Javier Esparza, dice: “Esparza va a garantizar un nuevo Gobierno de la izquierda y los abertzales. En su conciencia quedará. Veamos si la presencia de Sayas y García-Adanero en las filas del PP ayuda a reconfigurar el centro-derecha navarro y a dar paso a un nuevo tiempo en el que superar el enorme daño hecho por la pésima gestión de un Esparza cuyo único objetivo ha sido beneficiar a Esparza. Con un par”.
Y sin relación con nada de lo anterior, les presento para su pasmo a un tipo que justifica a la jauría bolsonarista. Se hace llamar Hughes y publica en ABC: “Si los tribunos y patricios desoyen al pueblo o abusan de su poder, ¿qué formas hay de que el pueblo pueda corregirlo si el sistema se cierra? Estas apariciones populares en los concretos órganos de poder (donde sabemos que no está el poder) son malencólicas formas de fe democrática, quizás las últimas, y pueden ser entendidas como desesperados (aunque condenables) ruegos populares ante las autoridades en previsión de riesgos políticos graves. Al pueblo solo le queda hacerse realidad física en las escalinatas simbólicas del poder, y esa aparición en forma de asamblea, comicios o mera multitud estaba en el origen de la 'libertas' romana, como forma de las primeras garantías republicanas”. “Aunque condenables”, dice en medio de la loa a la devastación vandálica.