El encabezado sobre estas líneas viene a resumir el alegato a favor del software husmeador que espolvorea hoy en ABC Salvador Sostres. Como es habitual en el lisérgico amanuense, la pieza es un cóctel de obsesiones que, como propina, incluye a Julia Otero, se lo juro: "Pegasus nos devuelve a la gran línea divisoria de la Humanidad y es que la Civilización se mantendrá en pie mientras Israel no pierda ninguna otra guerra. Israel es nuestro dique de contención contra la barbarie. Lo que está al otro lado es Amnistía y sus sicarios. Y luego Julia, claro, redistribuyendo su riqueza entre restaurantes, concesionarios de coches de alta gama y tiendas de ropa donde compra sus carísimos bolsos con los que golpea como una histérica a la extrema derecha para que con el ruido no se note que su hipocresía y su jeta y su izquierdismo de verbena es la cosa más casposa y facha que asola hoy España".
A Sostres le gusta Pegasus y a Francisco Marhuenda, su nombre. Lo del caballo alado le viene muy bien al director de La Razón para ponerse pendantón (¡Uy, me ha salido rima interna!) y, en el mismo viaje, atizar un coscorrón al gobierno, no por lo del espionaje sino por sus planes educativos. Vean: "Por fin tenemos un escándalo que tiene un nombre de altura. Hasta ahora todo era bastante cutre. No sé quién se encargaba de la selección, pero no atinaba. La mitología grecorromana ofrece un enorme abanico de opciones. Es cierto que la izquierda gobernante tiene una manifiesta antipatía hacia las Humanidades y la educación en general. No hay más que ver las chapuzas que hace en esta materia".
Degenerando de la serie B a la Z, nos encontramos con otro aspirante a Ian Fleming o John le Carré. Se llama Alfonso Ussía y publica sus folletones en El Debate: "He llamado a mi garganta profunda de la Moncloa. Me dice que Pegasus es una conspiración inmersa en el espionaje. Que fue diseñada la estrategia por Pedro Sánchez, y que tan mal diseñada está la estrategia, que Pedro Sánchez ha sido uno de los espiados. Para mí, que se trata del mismo que envió las balas a Pablo Iglesias. Es decir, Pablo Iglesias".
De vuelta a La Razón, Pedro Narváez, otro literato vocacional, nos enreda en tres frases que podrían inaugurar un nuevo movimiento artístico: "El presidente es un espía en su más hondo ser, pues ha de saber lo que usted y yo no sabemos de nosotros mismos. Por mucha terapia que hagamos, siempre sabrá Sánchez qué es lo que verdaderamente nos pasa. Al descubrirlo, empuja los labios hacia afuera, como si Norma Duval fuera Mata-Hari".
Van comprobando que, según pasan los días, se hace complicado escribir algo diferente, y se opta por la tontuna. Aquí tiene otra que firma Ricardo F. Colmenero en El Mundo: "A mí me parece que con todo esto del espionaje nos estamos desviando del tema. Mucho más interesante que escuchar las conversaciones de Sánchez es la publicidad a la que le deriva el algoritmo de Google, o el micrófono abierto de su teléfono. Si cuando habla de Bildu o ERC recibe anuncios contra el estreñimiento, o de geles de placer".
No muy lejos del género del despendole neuronal, Miquel Giménez se lía en Vozpópuli a hacer la lista de beneficiarios del escándalo. Adivinen quién es el principal: "Que nadie lo dude, a quien más ha beneficiado este asunto es a Sánchez. Ha pasado de espía a espiado, aunque tenga el costo de dejar como bobos a los agentes del CNI. Pero eso no le importa al César socialista. Lo importante es salvarlo a él, aunque tenga que cesar a una directora competente, a una ministra de defensa entregada o meter al enemigo en la caja fuerte del estado".
La penúltima captura es un triple tirabuzón campechano-borbonesco. Especulando sobre si Marruecos está detrás de los fisgoneos, el director de El Debate, Bieto Rubido, se pone tierno recordando que estas cosas no pasaban con el viejo rey ahora aparcado en Emiratos: "Durante años esas diferencias las solventaba con su maestría característica y sus dotes para la diplomacia el Rey Juan Carlos. Ahora, con certeza, su hijo podría emularlo, pero seguramente no se lo permiten. Estoy absolutamente seguro de que gran parte de los problemas que nos llegan desde Marruecos estarían resueltos si al monarca Mohamed le hablase otro monarca. Así son las cosas, pero si en el actual Gobierno no lo quieren ver, Marruecos seguirá generando situaciones complejas y todos echaremos de menos, una vez más, a don Juan Carlos".
Y acá va la despedida, que no tiene que ver con gadgets de espionaje, sino con un aniversario que le tiene de lo más pilongo a Federico Jiménez Losantos. "Hoy hace un año", es el título de la pieza con aroma a caña y chopitos. Se refiere, claro, al Ayusazo: "Sin embargo, al caer la noche, un mariachi entonaba para Iglesias Rata de dos patas y Canta y no llores. Ayuso había destrozado al socialismo y al comunismo. Imperdonable para los que la insultan. Inolvidable para los que la votamos. Hoy hace un año".