"Abusos" titula Salvador Sostres su columna en ABC. A poco que se conozca el paño, uno puede imaginar la miseria que vendrá detrás del encabezado. De entrada, la duda sobre la veracidad de los testimonios: "Cuesta creer en la espontaneidad de la publicación de esta cascada de dramas de hace 20 o 30 años. Me tiende a desconcertar la tragedia en diferido". ¿Entonces? Nada, todo es una campaña orquestada por los judeomasones: "Estas narraciones de tan altos tormentos que ahora salen, siempre en periódicos de la izquierda, deshonestos, mentirosos y falsarios, siempre con la misma grandilocuencia y la misma rabia contenida en quien las escribe, denotan poca compasión y mucha ansia por sacar tajada política".
Si se es capaz de controlar las náuseas, se llega al final de la evacuación que, curiosamente se parece mucho a algo que dijo ayer la lideresa Ayuso: "Estaría bien, también, que una de estas comisiones se ocupara de saber qué ha hecho alguna vez la izquierda que no haya sido sembrar miseria y muerte allí donde la Iglesia se ha arrodillado, se ha abierto en canal, y ha hecho brotar la difícil, casi imposible esperanza".
Seguramente no por casualidad, el vetusto diario dedica su editorial a la cuestión. El título muestra que la cosa va a ir de quitar hierro al asunto a partir de la generalización: "Contra todos los abusos a menores". Según el editorialista, lo que pasa es la izquierda tiene manía a la santa institución: "La Iglesia habrá cometido errores severos, pero no es la única y convertirla, como pretende la izquierda, en chivo expiatorio con el fin de sacar rédito político es una mezquindad si realmente se persigue convertir la lucha contra esta lacra en un causa justa. Las cruzadas y las actitudes inquisitoriales no pueden formar parte del tacticismo político de nadie. Ni siquiera del Gobierno de coalición PSOE-Podemos".
En El Debate, diario digital de la Asociación Católica de Propagandistas, llama al ojo este titular con olor a excusa no pedida: "Soy sacerdote y no soy pederasta". Lo firma alguien que atiende por Patxi Bronchalo y que no quiere que se mire bajo la alfombra: "La presión para que se establezca una comisión parlamentaria de investigación de casos de abusos en la Iglesia de España es básicamente que veamos a políticos metidos a jueces, escaldando públicamente a sacerdotes y obispos".
Ayuso al rescate
Les cambio abruptamente de acera temática. "El PP moviliza a Ayuso y Sánchez tira de billetera europea", abre su edición ABC sobre la foto del atribulado candidato Fernández Mañueco cruzando sin mirar un paso de cebra para echarse a los brazos de la lideresa que lo espera en la acera. Es la misma imagen que escoge El Mundo, aunque esta vez el titular tiene más intención: "Mañueco se abraza a Ayuso".
Se nota el temblor de piernas en Diestralandia por lo que pueda pasar el domingo. La Razón, de hecho, se pone en lo peor y titula mirando al sur: "El resultado del 13-F no condicionará las andaluzas". La autora de la crónica de las páginas interiores, Carmen Morodo, no termina de aclarar de dónde se saca tal encabezado. Quizá, sin más, del miedo que sí reconoce ABC en la apostilla al titular de portada que antes les mencionaba: "Inquietud en Génova por si la subida de Vox en Castilla y León perjudica a Casado y a Moreno".
A falta de nada mejor, les termino con el enésimo brote obsesivo de Francisco Marhuenda contra su odiado presidente de la patronal española. Desde la firma del acuerdo sobre la reforma laboral, el director de La Razón no deja pasar tres días sin atizar a Garamendi: "La convalidación del decreto de la reforma laboral fue una traición del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, a los empresarios. No solo por apoyar una norma que es objetivamente mala, sino por lo que vendrá a partir de ahora. El orgulloso aristócrata consorte de Neguri, que debe creer que desciende del rey Iñigo Arista, olvidó que el Gobierno no paga a los traidores, sino que los utiliza para sus intereses".