Era lo que nos quedaba por ver. Las calenturientas imaginaciones de los amanuenses diestros acaban de parir la secesión vinícola. Todo por la reclamación del PNV de que, sin salirse de la Denominación de Origen Rioja, en los caldos elaborados en territorio alavés se especifique su procedencia. No hay más, salvo de hacer ruido, exagerar el sentimiento de oprobio o hacer gracietas.
Empecemos por un chistoso. Se llama Álvaro Martínez y es columnero de ABC de los de bulto, siempre de la mitad de la tabla para abajo. Pero hoy intenta empatar con una redacción titulada, jajá, jejejé, "De la gallina racial a la uva identitaria". Veamos el comienzo: "La idea del partido de Urkullu es hacer fosfatina la denominación de origen Rioja -un puntal de la marca España reconocible en todo el mundo- creando la de 'Viñedos de Álava', quizá para que la uva vasca-vasca ayude al hecho diferencial de Euskal Herria y la nación a la que se pretende llegar hasta por los taninos y el porrón, lo que haga falta".
Y como la membrillez se le queda corta, el Chesterton de decimoquinta saca la Ouija y resucita a unio de los grandes demonios de los picateclas ultramontanos: "Desde la égloga de Arzalluz a la gallina vasca-vasca, fijando su «estandar racial», no se recordaba un jeribeque identito-agropecuario como el que ahora intenta el PNV con la uva vasca-vasca, vampirizando para ello el rioja".
En El Debate Ana Samboal apura su vaso de vino español y regüelda: "En esa carrera por la anexión en los márgenes del territorio autonómico, a los de Urkullu les ha dado por hacer vinos. Posiblemente, a nadie le sorprenda que el PNV haya decidido fijar su atención en los dineros. Todo sea por extender la red clientelar aun a costa de cargarse la Denominación de Origen Rioja, la garantía de calidad de los caldos. Es la otra cara de la misma moneda: la expansión, cual mancha de aceite, en los márgenes del territorio en que gobierna". Bonita tajada dialéctica.
Agapito Maestre se apunta a la curda en Libertad Digital, pero la coge llorona. Por mezclar, mayormente, porque lo suyo es el kalimotxo de la peor calidad: "Los matones del País Vasco imponen sus reglas sobre el vino de la Rioja. El ser de España no peligra. Es que no existe. La izquierdona basura, la izquierda, y los matones mandan sobre el gentío. La ciudadanía española, escasa y asustada, se oculta en la privacidad".
En Libre Mercado, hijuela de información (es un decir) económica de la arriba mentada Libertad Digital, la redactora se luce al contar de quéva el asunto: "Aunque el deseo de los nacionalistas de llevar su afán independentista hasta este extremo no es algo nuevo, el sector del vino teme que, ahora sí, el PNV se salga con la suya gracias, precisamente, a ese tira y afloja presupuestario, y genere una escisión en la DO La Rioja que acabe perjudicándoles a todos".
Solo medio diapasón por abajo, El Mundo tira de creatividad en portada. Es decir, miente vilmente: "El PNV amenaza el negocio de 15.000 viticultores de la denominación Rioja". Es inútil explicar que no se rompería nada porque la denominación seguiría siendo la misma. Pero esto no va de la verdad, sino de titulares pirotécnicos como el que escoge el editorialista del diario de Unedisa: "Rioja: siguiente factura que pasa el nacionalismo". Como argumento, el de carril: "La maniobra desprende todos los vicios inherentes al nacionalismo: búsqueda del privilegio en detrimento de la igualdad, mezquindad particularista y daño premeditado a los intereses de una comunidad preexistente y mayor". Y me llevo una. Hics.