Sin novedad en el frente madrileño. Las plumas diestras entretienen la espera hasta las seguras celebraciones del martes por la noche con un concurso de loas a la heroína Ayuso. Desde las páginas digitales de El Español, lanza la suya una diputada del PP llamada Pilar Marco: "Isabel Díaz Ayuso ha conseguido que una amplísima mayoría de los madrileños la vean como esa hermana, esa amiga, esa vecina, esa hija, esa novia, esa mujer combativa que no se arredra ante nada ni ante nadie, que trabaja por salir adelante y en quien se puede confiar. Por ser precisos: en quien han decidido confiar. No es poco".
Cristian Campos, jefe de Opinión del diario de Pedrojota le toma el relevo en la lisonja: "Llevábamos años pidiendo un político que conectase con ese sentido común del ciudadano corriente, que construyera hospitales durante una pandemia, que bajara impuestos para no asfixiar a las empresas, que dejara trabajar en paz al común de los mortales y que no intentara moldear la moral de los ciudadanos a imagen y semejanza de un ideal mentecato, y cuando lo hemos tenido frente a nuestros ojos lo hemos calificado de loco, de estúpido o, más chocante aún, de ultraderechista".
Desde La Razón, Sandra Golpe presenta su oda a la lideresa: "Gana simpatías con su deje castizo y, aunque por la boca muere el pez, cuando responde a un periodista sabe muy bien marcar con su nombre los días planos. Ha salido en defensa de la autoestima madrileña frente a los haters vecinos, y ha basado su autodefensa en los comercios abiertos. La última EPA corrobora el éxito: el paro bajó cinco veces más en Madrid que en el resto de España. El pescado está vendido, amigos".
Si les parece que estamos desbordando los niveles de azúcar, atiendan a Francisco Marhuenda, que recita postrado a los pies de la emperatriz de Sol: "La gente se hacía selfis para tener un recuerdo de la candidata que llevaba una mascarilla blanca con las estrellas de la comunidad de Madrid. Este fenómeno se basa en la sencillez, proximidad y firmeza de convicciones de una joven madrileña corriente, que tiene un proyecto para que Madrid sea el motor de España y un espejo de libertad. Ayuso es una joven inteligente de firmes convicciones a la que le dieron la oportunidad de cumplir el sueño de su vida y ha sabido aprovecharla".
PP con Vox, ¿Con quién si no?
No le digan a Federico Jiménez Losantos que le he robado el título de su columna en El Mundo para ponerlo encima de estas líneas. A diferencia de sus colegas de arriba, el turolense no quiere celebrar victorias por anticipado. Intuye que a Ayuso no le darán los números y aboga sin complejos, faltaría más, por Vox para completar la suma: "¿Quién defiende la unidad nacional y la igualdad de los españoles ante la ley? ¿Sánchez, Iglesias, Errejón? No. Vox. ¿Quién pide independencia judicial y la vuelta del CGPJ a la Constitución del 78? ¿Socialistas, comunistas? No, Vox. ¿La presunción de inocencia frente a la Viogen? Vox. ¿Y que se pueda estudiar en español en toda España? ¿La izquierda? No, Vox. Si el PP quiere defender la nación y la Constitución, lo hará con Vox o no lo hará. Más claro, agua".
Como Losantos, Carlos Herrera no se apunta a las cuentas de la lechera. Por eso dedica su columna de ABC a arengar a las huestes de orden a votar el martes: "En cualquier caso, más allá de dudas existenciales, aún quedan un par de días de campaña, y la oficina tóxica de Moncloa nunca deja de trabajar. Imaginen que los Ayusos y compañía no suman lo suficiente. Gobierna la izquierda en Madrid. Puede no ser probable, pero sí es posible. ¿Qué va a hacer usted el martes?".
No todos son tan cautos como el predicador sevillano. Como les digo más arriba, muchos de los escribas han puesto el champán a enfriar y ya vaticinan no solo la victoria de Ayuso, sino el fin de Sánchez. Abel Hernández es uno de ellos: "Este primer revés electoral serio de Pedro Sánchez afecta de lleno a la pervivencia del sanchismo. Más dura será la caída. Ese es el runrún del foro madrileño. Dentro del PSOE hay en estos momentos una rebelión sorda contra el actual inquilino de la Moncloa, sus alianzas y su forma de gobernar. Sólo la autoridad de Felipe González ha impedido que hubiera ya una escisión en el histórico partido para recuperar los orígenes. Las cañas se volverán lanzas".
Por si les ha parecido floja la cosecha de hoy, he dejado al siempre hiperventilado Miquel Giménez para cerrar la pieza. ¿Algo novedoso? Qué va, lo de siempre, comunismo o libertad: "La dictadura nos permitirá sacar lo peor de nosotros mismos, pero la libertad nos exigirá que seamos cada día más cultos, más éticos, más buenos ciudadanos. La libertad, en suma, es todo lo opuesto al fascismo, sí, pero también a ese comunismo del que se jacta Pablo Iglesias, porque se basa en la desigualdad de la gente, la divide entre buenos y malos, entre nomenklatura y siervos con uniformes del partido. Tenía razón, presidenta Ayuso. Comunismo o libertad. Es lo que se dirime ahora, aquí, en Madrid, en toda la nación". Ya será menos.