Toni Cantó corre a La Razón a llorar las penas por su expulsión, vía auto judicial, de las listas del PP a las elecciones madrileñas. "El PSOE se ha retratado con esta artimaña. Nada funciona contra Ayuso", se enfurruña en el titular de primera. Dentro está la entrevista. Dos páginas de vellón que vienen a ser la repetición sitemática de la misma idea: "Desde el principio estaba muy claro que el que no quiere que se expresen libremente los madrileños es el PSOE, que quería arreglar las cosas en los despachos, en lugar de darle la voz a los madrileños. Ya intentó que no votaran este 4 de mayo. Ahora trata de excluirme de la lista de Isabel Díaz Ayuso. Se nota el miedo. El PSOE se da cuenta de que se le está empezando a complicar".
Francisco Marhuenda echa un capote al apartado de las listas. O, más bien a Ayuso: "A partir del pronunciamiento del titular de un juzgado unipersonal, por tanto, no estamos ante un órgano colegiado, las alicaídas huestes del pijo progresismo han aprovechado para afirmar que el PP comete ilegalidades y fraudes, se salta la democracia, miente, hace trampas, etc. Todo vale contra Ayuso y el PP".
Más tibio, el editorialista de ABC pide que el Tribunal Constitucional resuelva el asunto. Julián Quirós, director del diario, titula su columna quitando importancia a la decisión judicial: "Ayuso no necesita a Cantó". Según él, todo obedece al miedo de Sánchez: "Algo sabe; quizá que noventa mil votantes socialistas están pensando pasarse al otro lado, la izquierda moderada se va cansando de la alianza con Podemos. Por eso, Ayuso debe además animar con toda su fuerza a la gente para acudir a votar el 4-M, que nadie se quede en casa, porque está en juego el modelo alternativo al sanchismo".
Sin salir de la cabecera madrileña de Vocento, nos damos de bruces con Juan Carlos Girauta explicando la política española para niños. O, mejor, dicho, convirtiendo en niños a tres de sus protagonistas. Prondá a prueba su capacidad de sentir vergüenza ajena: "Pedrito rompe el cristal de la ventana, vierte el contenido de la papelera sobre Isabelita y hace caca, impertérrito, sobre el mural de Santiaguín. Cuando la señorita regresa al infantil pandemonio, Pedrito corre a contarle con la respiración entrecortada, la cara encendida, los brazos agitados, que Isabelita le ha volcado encima la papelera, con la cual ha roto a continuación el cristal de la ventana de un golpetazo, para terminar celebrando un incomprensible espectáculo escatológico junto a Santiaguín". Tal cual, se lo juro.
En Vozpópuli, Jesús Cacho atiza los rescoldos de Vallecas y, ya puesto, saca el espantajo de la guerra civil. Aunque solo la puntita: "Es difícil, por eso, que volvamos a los tiros, pero sí vamos a vivir escenarios de gran violencia, regresar a esa especie de "guerra civil fría" que andan buscando quienes pretenden reescribir la historia a contracorriente de la historia. Quedan tres semanas para la gran cita del 4 de mayo y crece la sensación de que en el envite madrileño los demócratas nos jugamos mucho".
La 'higiene sexual' de Iglesias
Parece mentira, pero hasta ahora no ha aparecido Pablo Iglesias en estas líneas. Santiago González repara esa anomalía con a base de trazos gruesos. Se refiere al testimonio de una exalumna que acusa al líder de Podemos de acoso sexual: "Iglesias revela ser un guarro según un relato que tiene el aroma inconfundible de la verdad. Deberían tener en cuenta además que este tipo tiene los hábitos de la mantis religiosa: devorar a sus parejas durante la cópula. O en la cúpula, que viene a ser lo mismo. Dirán que en el caso de la mantis es la hembra la que se come al macho, pero él es una cosa y su contraria: es el macho alfa o el más femenino de los hombres, según convenga".
El párrafo final es para Salvador Sostres, que ha encontrado en Catalunya el origen del desplante machista de Erdogan a la presidenta de la Comisión Europea. Atiendan al presunto razonamiento: "Que la señora Von der Leyen no tuviera asiento no tiene que ver con que Erdogan sea un tirano sino con que las administraciones socialistas dejaran en Cataluña de felicitar la Navidad para felicitar el solsticio de invierno". Antes de llegar a esa alucinógena conclusión, se había retratado así: "El problema no fue Erdogan sino las maneras de cochero del presidente del Consejo Europeo. Tomó asiento antes que la dama. Ceder el paso a las señoras y no sentarte hasta que ellas se sientan es una formalidad elemental. También levantarse cuando ellas se levantan. Con los turcos tenemos que contar, con los sarracenos". Incorregible.