omos lo que comemos”. Esta es quizá una de las frases que más nos han repetido algunos nutricionistas e incluso de nuestros familiares y amigos. Lo cierto es que comer saludable es fundamental para contar con una buena calidad de vida y estar sanos, tanto físicamente como psicológicamente. Además, acompañarlo de un poco de deporte sería la rutina ideal.
Pero para comenzar dar los primeros pasos y transformar nuestro estilo de vida, hecho que no es fácil si no estamos concienciados, habría que tener un primer contacto con los alimentos ‘healthy’ (sanos) para llenar la cesta de alimentos equilibrados. A veces, por desconocimiento o por rutina, dejamos de cuidarnos, pero tan solo hace falta una buena planificación, y ayuda de un profesional, en el caso de que fuese necesario, para lograr los objetivos propuestos.
En este escenario donde priman las buenas prácticas alimenticias, empiezan a coger impulso los productos naturales, aunque desde siempre las frutas y las verduras han sido las reinas de una buena dieta equilibrada. Sin embargo, los expertos siempre aconsejan que elijamos alimentos frescos, de temporada y de proximidad. De esta forma, nos aseguramos que contienen las propiedades necesarias para nuestro organismo y damos impulso a aquellos productos locales y de nuestra tierra. Se aconseja inclinarnos hacia las carnes blancas, como el pollo y el pavo, o el pescado azul, rico en Omega 3.
Y sin excedernos demasiado en la lista de la compra, hay que tener en cuenta lo esencial, lo de toda la vida: huevos de gallinas camperas y legumbres, por contener vitaminas, fibras y minerales; pan, arroz y pasta como fuente principal de energía; el aceite de oliva siempre Virgen Extra y evitar, en la medida de lo posible, la ingesta abusiva de lácteos, los alimentos azucarados, y llevar una correcta hidratación a base de beber dos litros diarios de agua. Pero antes de meter todos estos productos al carro, será imprescindible seguir estos cinco consejos que te llevarán al camino de la rutina saludable:
En primer lugar, tener una buena organización es la base de todo, incluso para la alimentación. Por ello, se aconseja tener programado el menú semanal para, a la hora de hacer la compra, saber los alimentos exactos que vamos a necesitar para preparar nuestros platos. Salirse de la rutina alteraría nuestros planes y por ende, nuestro organismo, puesto que es importante que se vaya acostumbrando a los nuevos sabores y evitar los alimentos poco saludables. También se recomienda tener anotados los productos que vayamos a ingerir durante la semana. Por ello, hay que diseñar un menú, que puede ser para una sola persona o para toda la familia de forma que de manera conjunta comience la transformación en el hogar. Este sería el primer paso para iniciar unos hábitos de vida saludable.
Hay que tener claro que hay que comer de todo; verduras, hortalizas, legumbres... Es decir, sano y equilibrado. Tras la elaboración del menú semanal, toca la hora de hacer la lista de la compra con todos aquellos productos que serán únicamente imprescindibles para la elaboración de los platos diarios, huyendo de aquellos que no son fundamentales, y que, en la gran mayoría de la ocasiones, nos lleva a comprar cosas por capricho: galletas, snacks o helados. En la actualidad, muchos de los supermercados cuentan con su propia tienda online y sería una buena opción para meter al carrito aquellos alimentos necesarios y evitar las temidas estanterías llenas de tentaciones.
En numerosas ocasiones nos hemos acercado al supermercado con el estómago vacío y eso ha hecho que el carro de la compra se haya llenado de productos innecesarios y poco saludables. Para evitar los caprichos, como lo son las patatas fritas o chocolatinas, por ejemplo, se recomienda ir al mercado o al supermercado sin hambre, habiendo comido previamente. Este método ayudará a que tan solo adquiramos aquellas cosas que llevamos únicamente anotadas en la lista de la compra.
Con el paso del tiempo nos hemos acostumbrado a leer las etiquetas de los alimentos que vamos a comprar, aunque en ocasiones no las entendamos. No obstante, ayuda a tener una noción básica de los ingredientes que contiene el alimento que vamos a adquirir.
Por ello, debemos de estar atentos si contienen azúcares añadidos, los tipos de aceite, el contenido en sal, los aditivos y los ácidos grasos, entre otros, que indudablemente son dañinos para nuestra salud. Lo ideal sería comprar productos frescos sin etiqueta, aunque es importante también hacer una lectura superficial de los añadidos que contienen los alimentos.
Y por último, aunque tan solo es un consejo, puesto que en ocasiones por tiempo o por costumbre las grandes superficies son la opción más habitual para hacer la compra, lo cierto es que los mercados siempre cuidan más sus productos con la mejor materia prima puesto que muchas de las verduras y hortalizas provienen de sus huertas y siempre son frescas y de temporada, lo que les hará tener un mejor sabor y serán más ricas en nutrientes lo que favorecerá nuestra salud.
En cuanto a las carnes y pescados son ellos los que se encargan de elegir el mejor producto para su venta. Siempre fresco y nada congelado, algo que no hacen los supermercados, donde encontramos muchos alimentos envasados y ultraprocesados. Pero tal y como señalábamos, es muy habitual que por el ritmo de vida actual tengamos al tradicional mercado en un segundo plano, pero marcar también en la rutina ir una vez a la semana hará que adquiramos nuevos hábitos incluso en el lugar de la compra.
“A mi padre le sale una tarta de queso espectacular y también la paella de marisco y pescado”
“Hacemos una compra semanal que hemos establecido acorde
a la alimentación que seguimos”
“Tenemos un esquema de comidas planificado ya y
vamos alternando los menús a lo largo de la semana”