enusaur, Picachu, Kakuna, Arbok, Bulbasaur, Nidorino, Metapod, Raichu... Así hasta 151 especies iniciales. Todas estas criaturas llevan acompañándonos desde hace más de 25 años, primero como exitosa saga de videojuegos, luego ya en sus diferentes versiones audiovisuales, merchandising variopinto, y en los últimos tiempos conquistando nuevos espacios en Internet. El universo Pokémon sigue causando furor. El lema “gotta catch them all!” está impreso en la mente de millones de seguidores. Estos coloridos monstruitos se renuevan constantemente, se adaptan como pez en el agua a las tendencias tecnológicas. Ahora hay cerca de 900 especies. Pokémon es capaz de movilizar a archiconocidos youtubers como Ibai Llanos junto a millones de adolescentes y adultos que se engancharon a finales de los 90. Este videojuego es como un río infinito: capta a todo el que se cruza por su camino, pequeños y mayores. Una vez te agarra, difícilmente te suelta. Ha logrado convertirse en la franquicia de medios con más ingresos de la historia del entretenimiento. Se calcula que ha facturado más de 90.000 millones de dólares.
Ha llovido mucho desde 1996. Un joven Satoshi Tajiri, con la colaboración de su amigo Ken Sugimori, el alma artística de la saga, lanzó al mercado ‘Pocket Monsters’, nombre que más tarde fue abreviado como ‘Pockemon’. No cuajó a la primera y tardaron cinco años en darle forma y lograr el respaldo del público. Los promotores recibieron la ayuda de un experto en la materia, Shigeru Miyamoto, el creador de Mario y Zelda, una especie de gurú en el sector. El proyecto -que también se denominó ‘Capsule Monster’- no arrancaba y una moribunda Game Boy parecía asistir al declive definitivo de la consola. La idea original era la siguiente: los jugadores coleccionan toda una galería de fantásticas criaturas que pueden evolucionar, transformarse y disputar combates. No parecía un plan descabellado.
El punto de partida guarda muchas similitudes con la infancia bucólica de su creador, un niño apasionado con la captura de insectos. Nació al oeste de Tokio, en una zona rural poblada de campos de arroz y naturaleza y en la que experimentó su amor por el mundo animal, especialmente los insectos. Era tanto su apego a estos animalitos que sus amigos empezaron a llamarle Dr. Bug, insecto o bicho en inglés. “Cada vez que encontraba un nuevo insecto, me resultaba misterioso. Y cuantos más insectos buscaba, más encontraba”, recuerda el desarrollador de videojuegos. Con la expansión urbanística de Tokio, fue desapareciendo ese mundo salvaje que tanto había amado. Los bosques dejaron de existir y las praderas dieron paso a calles asfaltadas. Los insectos que coleccionaba de pequeño se esfumaron. La abrupta metamorfosis del paisaje marcó su niñez y su relación con el entorno cambió para siempre. “Cada año cortaban más árboles y la población de insectos disminuía. El cambio fue dramático”.
Pokémon ha sido su manera de devolver al mundo lo que el mundo le había arrebatado. A través de un videojuego los niños podrían coleccionar sus propios insectos. Al equipo creativo se le sumó Atsuko Nishida, figura clave en el nacimiento de Pikachu. El método de trabajo de Tajiti para pulir su obra maestra no pasó inadvertido: dormía 12 horas y después trabajaba 24 horas seguidas en unas series maratonianas y poco saludables que le sirvieron para lograr dar con la tecla adecuada y lanzar al mundo su proyecto. Se justifica con un argumento muy simple: “Es mejor estar despierto día y noche para encontrar ideas”. A este inusual método de trabajo hay que añadirle el hecho, confirmado por él mismo en una biografía, que sufre el síndrome de Asperger. Según el periódico inglés The Independent, “los trabajadores de Nintendo lo describían como increíblemente creativo pero solitario y excéntrico, características coincidentes con las de un Asperger”.
Las dudas de la empresa con aquel hombre metódico y aficionado a los insectos se despejaron con el tiempo. En un año vendieron un millón de unidades de Pokémon. Decidieron dar el salto al mercado occidental. Y se hicieron de oro. Hasta hoy. Todos los números que rodean a la saga resultan abrumadores. Sus seguidores son legión. Han despachado cerca de 250 millones de unidades en diferentes soportes. También han tenido sus detractores. Algunas críticas son de lo más curiosas e insospechadas; otras vienen de estamentos conservadores que suelen ofenderse con estas propuestas. Es el caso de varios miembros de la religión católica, judía y musulmana, que en más de una ocasión han mostrado abiertamente sus reparos. No es solo por su grado de violencia, una característica común en este tipo de juegos. En el centro de la polémica está el concepto de la evolución de los monstruitos, extrañamente asociada a teorías darwinistas y que para los más radicales choca frontalmente con el argumento de la creación cristiana. La saga también sido acusada de promover las peleas de gallos. Hace 20 años, en 2001, un país árabe prohibió las cartas y los juegos de Pokémon: lo relacionaban con una promoción encubierta del sionismo.
Son pequeños detalles. Pero estas anécdotas ilustran hasta qué punto ha llegado el impacto de la saga. A estos peculiares animalitos no se les vislumbra un final. No se termina la chispa. Siempre sale algo nuevo que capta la atención de sus fans y que revienta el mercado. La última entrega, ‘Pokémon Espada/Escudo’, dirigida a Nintendo Switch, ha sido otro bombazo: ha vendido 20 millones de unidades. Además, Nintendo siempre se las ingenia para explotar su producto estrella fuera del estricto ambiente gamer. El negocio se nutre también de fabricar peluches y cromos como churros, cuenta con todo un universo propio de fotografías, hay combates específicos entre criaturas, puzles, películas... En 2019 se estrenó en las salas de cine ‘Pokemon: Detective Picachu’ protagonizado por uno de sus personajes más queridos y populares. Solo el primer fin de semana de su estreno recaudó 170 millones de dólares. Dirigida por Rob Letterman y con la buena mano de los guionistas Nicole Perlman (‘Guardianes de la Galaxia’) y Alex Hirsch (‘Spider-Man: Un nuevo universo’) se convirtió en el mejor debut de la historia de un largometraje basado en videojuegos.
El pasado verano se celebró un torneo entre streamers llamado Pókemon Twitch Cup y en el que Barbeq se alzó como vencedor absoluto de la competición. El evento cautivó a los seguidores de la serie y sus organizadores ya preparan la segunda edición. En un tuit reciente, del 26 de enero, Ibai avanzó algún detalle al respecto: “Chavales, no os preocupéis. Hay tiempo para todo. En los próximos meses se vienen los Luegos del hambre en ‘Minecraft’, la mejor serie de la historia de Pokémon y un torneo entre streamers del LoL. Queremos contar cada vez con más creadoras y creadores nuevos. Ese es el objetivo”. El mensaje acumula más de 86.000 likes.
Es muy raro que no se sepa absolutamente nada sobre la saga Pokémon. Pero tal vez alguno quiere animarse a indagar un poco sobre este mundo y conocer algunas ideas y conceptos clave ahora que se ha cumplido un cuarto de siglo de su creación:
El argumento inicial es muy simple: los jugadores se convierten en entrenadores de unos monstruos de bolsillo. ¿El objetivo? Convertirse en el número uno del mundo. ¿Cómo? Entrenando a las criaturas, formándolas, enfrentándose a otros entrenadores y derrotándolos. La idea principal no difiere en absoluto de tantas otras competiciones deportivas o lúdicas.
El objetivo: conseguir las ocho medallas. Las regiones y las imágenes cambian, pero la misión siempre es la misma. Estos preciados objetos son custodiados por ocho líderes de gimnasio.
¿Qué es el Alto Mando? Bien, hemos entrado a la siguiente fase del juego una vez hemos logrado las medallas. Este grupo está compuesto por los cinco mejores entrenadores de la zona. El entrenador que salga airoso del combate final gana la partida. Es el número uno. Así habrá completado el juego.
Aún hay más. No es tan fácil. Existe un aparato llamado Pokédex que se debe completar, para lo que es indispensable continuar entrenando y capturando más Pokémon. Sí, igual que al principio del juego. De eso se trata. De entrenar mucho y ganar todos los combates posibles.
Vale, ahora que lo he entendido quiero jugar. ¿Por dónde empiezo? Dos opciones:
Opción 1: como se han ido introduciendo novedades en todas las ediciones conviene ser práctico y empezar por el principio. Eso significa dar un salto en el tiempo y volver a la segunda mitad de los años 90: ‘Pokémon Azul’ y ‘Pokémon Rojo’ fueron los que alimentaron el monstruo.
Opción 2: hay quien sugiere aprovecharse de las ventajas y mejoras que se introdujeron en la segunda generación de estas criaturas, ‘Pokémon Oro’ y ‘Pokémon Plata’. La mecánica del funcionamiento de la saga se completaría con ‘Pokémon cristal’.
“Cuando puedo hago ‘Poke-vueltas’ con Luma, nuestra perra, buscando Pokémon en las ‘Poke-paradas’ que hay en Agurain”
“Formo parte de un grupo de WhatsApp para jugar a ‘Pokémon GO’ con gente del pueblo”