uentin Tarantino ya está de vuelta de todo. El director de ‘Reservoir Dogs’ vislumbra su retirada -ha confesado que hará una película más, la décima de su trayectoria, y dejará de hacer cine- al tiempo que acaba de debutar como novelista. Sí, escritor novel a los 58 años. El año pasado llevó a la literatura su anterior película, la exitosa ‘Once upon a time in Hollywood’ (‘Érase una vez en... Hollywood’), donde ubicaba la trama en los dorados años 60, oscurecidos por los crímenes de Charlie Manson, y aupada por las soberbias interpretaciones de Brad Pitt y Leonardo DiCaprio. La comedia -menos gamberra y asilvestrada de lo que en él es habitual- se salía un poco de los cánones del cineasta, pero arrasó en taquilla (recaudó 344 millones de euros en todo el mundo) y pese a que su carta de amor a la Costa Oeste hippie y cinéfila no convenció a una parte de sus seguidores, obtuvo 10 nominaciones a los Óscar. Finalmente, solo se llevó dos estatuillas: el de Mejor Actor de Reparto (Brad Pitt) y Mejor Diseño de Producción.
Tarantino es todo un gourmet musical que a través de sus películas ha reivindicado (y puesto de moda) la música surf, el soul más grasiento, el rock and roll, o hasta himnos country como en la canción principal de ‘Django desencadenado’. En esta ocasión reivindicó a Los Bravos dándole protagonismo a la canción ‘Bring a Little Loving’, incluido en el tráiler del film. Experto en rescatar joyas ocultas de la historia del pop, sacó a Los Bravos de su injusta etiqueta de ‘one hit wonder’, los llamados artistas de un solo éxito, y eligió otro tema de su repertorio que no fuese el archiconocido ‘Black is black’.
Sobre publicar un libro de estas características, no es nada que no se haya hecho antes en el cine. En décadas pasadas se trataba de una jugada recurrente: con el objetivo de estirar el éxito de la película y captar a los fans más insaciables, se reescribía la historia incluyendo alguna información extra, con plena libertad de movimientos, dando lugar a una versión algo distinta que en algunos casos aportaba luz a finales abiertos, cambiaba escenas o añadía más contenido a los personajes. Para que el resultado fuese creíble y no se perdiera la esencia, eran los propios guionistas los que se encargaban de la novelización.
A juzgar por las críticas recibidas, en general muy positivas, el salto a la literatura le ha salido bien al icónico director estadounidense. Este extracto pertenece al escritor Carlos Zanón: “Tarantino acierta con entender que se trata de un nuevo formato y nos hurta, en muchas ocasiones, lo previsible. Narrado desde una tercera persona libérrima, que tanto se dirige al lector, traduce los pensamientos de la perra Brandy o los sonidos de un bebé, es un texto rápido, pero no alocado, tampoco esquelético ni abarrocado. Es un libro con vocación de edición de bolsillo para entretener y consigue que su lectura no ofenda a la inteligencia del lector y seguro que del mismo modo -listo como el que más para el marketing-, también puede erigirse como libro fetiche para fans en futurible tapa dura”. En el New York Times describen su prosa como un “brebaje sabroso”, lo comparan con el autor de novela negra Elmore Leonard, que hizo de su naturalidad literaria un sello reconocible y de donde sale ‘Jackie Brown’ (1997). El periodista Dwight Garner asegura en el diario neoyorquino que Tarantino narra “una historia interesante de manera sencilla, lo que es realmente complicado”. Por último, las alabanzas del libro continúan en The Washington Post: “El clásico Tarantino con el que saltan chispas... Diálogos explosivos, con su mezcla de cadencias callejeras y formales, casi tan efectivo escrito como leído en voz alta. Lejos de ser el artefacto descartable que a veces pretende ser, la primera novela de Tarantino puede incluso, como se ha insinuado, anunciar el comienzo de una nueva dirección para este director implacablemente inventivo”.
Diez películas y se retira. Es el mensaje que los millones de seguidores del genio de Knoxville se resisten a que se haga realidad. Tiene toda la pinta de que no hay vuelta atrás. Bill Maher, el conocido presentador de HBO, aprovechó la promoción del debut como escritor de Tarantino para insistir en que no había llegado el momento de dejarlo: “Estás en la cima de tu carrera”, le dijo Maher en su programa, a lo que el aludido le respondió muy convencido. “Por eso quiero dejarlo”, subrayó durante la entrevista Tarantino. “Conozco la historia del cine y desde este momento en adelante los directores no mejoran”, añadió. “Trabajar durante 30 años haciendo películas no es tanto como otras personas, pero eso es una larga carrera. Es una carrera muy larga. He dado todo lo que tengo”.
La fecha de caducidad no ha pillado a nadie por sorpresa. Empezó a hacerse pública en la época de ‘Los odiosos ocho’ (2015) y no se ha movido un milímetro de su propósito. Aún no se sabe nada sobre los derroteros de una filmografía excelsa a la que se busca un epílogo que esté a la altura, ahora que se cumplen 30 años desde su debut en ‘Reservoir Dogs’. Ahí está el inconfundible perfume de las revoltosas brasas de su cine, tan difícil de etiquetar pero que al mismo tiempo bebe de una amplísima tradición cinéfila. En su estreno de 1992 encontramos un elenco hecho a medida, donde los personajes principales y secundarios brillan con la misma fuerza (Tim Roth, Harvey Keitel, Chris Penn, Steve Buscemi, Michael Madsen).
Tarantino, un joven rebosante de talento que había crecido en la cultura del videoclub, se alejaba de la corrección política, bañaba de sangre y violencia las escenas, incluía largos diálogos tan absurdos como hilarantes y lo que también convierte a Tarantino en un director reconocible: aportaba su ojo clínico para la confección de bandas sonoras. En ‘Reservoir Dogs’ destacaban ‘Little Green Bag’, de George Baker Selection, o ‘Stuck In The Middle With You`, de Stealers Wheel, entre otras canciones. El thriller, muy original y contenido, había puesto a un joven gamberro e insolente en el mapa de Hollywood.
Seguramente sea la elección más obvia. ‘Pulp Fiction’ no ha perdido un gramo de genialidad y muchos la consideran como su gran obra maestra. Si Tarantino pasa a la historia será por las peripecias de esos dos asesinos a sueldo (Samuel L. Jackson es Jules y John Travolta interpreta a Vincent, ambos memorables) que se meten en un lío tremendo en una misión que tiene como objetivo custodiar a la mujer de su amo, interpretada por Uma Thurman. Todo lo bueno que apuntaba ‘Reservoir Dogs’ se ejecuta con destreza en ‘Pulp Fiction’, más enrevesada, más completa y brillante como una bola de fuego. Resulta difícil quedarse con una sola escena. Ocurre lo mismo con su reivindicada banda sonora, que pasa del rock instrumental de ‘Misirlou’ (Dick Dale and His del tones) al soul pegajoso de Edwin Collins (‘A Girl Like You’), la hipnótica “Girl, You´ll be a woman soon” de Urge Overkill...
A su siguiente película, ‘Jackie Brown’, la única en la que el guion no le pertenece, le pasa un poco lo que a ‘Death Proof’ (2007): son habitualmente tildadas de obras “menores”, pero esconden algunos de sus mejores personajes, curiosísimos argumentos y, cómo no, canciones imbatibles como ese ‘Across 110th Street’ de Bobby Womack. Ambos funcionan a modo de tributos del autor: al movimiento cinematográfico Blaxpotation por un lado, al cine de serie B y a su maestro John Carpenter por parte de ‘Death Proof’.
“Si tuviera que decir dos películas de Tarantino me quedo con Kill Bill y Malditos Bastardos”
“Cuando viene Miguel nos une para ver películas. Preferimos de risa para pasarlo bien”
“El género que más me gusta es el de acción y mi actor favorito es Mel Gibson, sin duda”