Javier Bardem y Julio Blanco se escriben igual, con una' jota' y una 'be' en sus iniciales. Hasta aquí llegan las similitudes entre el actor español y el empresario al que da vida en 'El Buen Patrón', la última película de Fernando León de Aranoa. Estrenada en la Sección Oficial de la última edición del Zinemaldia, casi 20 años después de que el tándem presentase, también en Donostia, 'Los lunes al sol', Bardem borda el papel de un hombre que produce balanzas industriales en la periferia de una ciudad de provincias.
"Para interpretar a Julio Blanco como para interpretar a un asesino tienes que sacar muchas cosas que están dentro de ti y hay que sacar muchos puntos de vista", dijo el intérprete en la 69 edición del festival de San Sebastián. "A la primera lectura piensas que qué tipo más desagradable, pero luego tienes que empatizar y no juzgar. Eso es también la interpretación: ver la realidad desde otro punto de vista. A Julio a veces le odias y otras te parece admirable el morro que tiene".
Pese a que tuvo una acogida favorable, la película salió del certamen donostiarra con las manos vacías. A principios de octubre se supo que 'El buen patrón' sería la cinta seleccionada por la Academia de Cine para competir por el Oscar a la Mejor Película Internacional. La institución eligió la ácida comedia de León de Aranoa por delante de la gran favorita, 'Madres paralelas', de Pedro Almodóvar, y 'Mediterráneo', dirigida por Marcel Barrena. La particular carrera a Hollywood entre Almodóvar y León de Aranoa se repite. En 2003, 'Los Lunes al Sol' también le ganó la partida a 'Hable con ella' y fue la elegida por la academia, aunque finalmente no llegó a la terna final de Los Ángeles.
La carrera hacia el fracaso
'El buen patrón' nos muestra una semana en la vida de un empresario de éxito, Julio Blanco. En su fábrica, Básculas Blanco, aspiran a recibir un premio concedido por el gobierno provincial a la Excelencia Empresarial. La vida le sonríe. Vive junto a su mujer en una casa con piscina, considera a sus empleados parte de su familia y nada ni nadie parece inmiscuirse en su camino profesional. Amigo de políticos influyentes y con eficaces contactos en la judicatura, en la empresa aguardan la visita de una comisión de un momento a otro; todo tiene que estar en orden para cuando eso suceda. Pero durante esos días todo se vuelve en su contra. El inmaculado mundo de este encantador y cínico empresario se desmorona a su alrededor.
"Tengo muchas ganas de verla. Me la han recomendado", asegura Feli Soria
Las dos primeras semanas de su estreno, 'El buen patrón' ya había recaudado la simbólica cifra de 1 millón de euros a su paso por los cines. Definido por su director como una "sátira", trata huir del típico maniqueísmo entre buenos y malos del cine social del británico Ken Loach dibujando un "paisaje deshumanizado". En esta suerte de cara B de `Los lunes al Sol´, la conciencia de pertenecer a una misma clase parece haberse evaporado. "Ahí había algo en el sentido de pertenencia a una clase social", explica el director. "Se sentían trabajadores del naval, tienes un apoyo directo, conservan su identidad. Ahora todo parece que está más supeditado al sistema. No hay apoyo, y cada uno dispara solo. Es por eso interesante la escena del personaje de Jose (Óscar de la Fuente), que grita 'El pueblo unido jamás será vencido', y está solo", en su desesperado intento por reivindicar sus derechos laborales tras haber sido despedido. "Todos tienen intereses y reacciones poco éticas", continúa León de Aranoa, desde los trabajadores menos cualificados de la fábrica de balanzas (atención al papel de la becaria) a los mandos superiores.
Cuesta desprenderse de las semejanzas y diferencias entre aquella cuadrilla de parados gallegos y los personajes con dudosos valores que deambulan en 'El Buen Patrón'. Ambas, con sus dosis de ternura, mala uva y dramas personales funcionan como las dos caras de la misma moneda. Y brilla con fuerza Javier Bardem, que regala dos actuaciones inolvidables. "A veces nos hemos imaginado cómo sería un encuentro entre Santa y Julio porque son carismáticos", recordaba Fernando León de Aranoa en San Sebastián en referencia a los personajes a los que da vida el actor. La crítica social está en un primer plano y la comedia se convierte en la herramienta más eficaz para describir una realidad que, contada sin un atisbo de ironía, sería insoportable. "El humor tiene esa capacidad de subir las cosas a un escenario, para así reírse y exorcizarlas. Es la mejor manera de acercarse a cualquier cosa", subraya Fernando León de Aranoa antes de emprender el camino hacia los Oscar.