Tiene una media de 80 espectáculos de danza, teatro y música al año. Proyecta más de cien películas por temporada. Es uno de los indiscutibles pulmones culturales de Eibar con tres salas disponibles, una de ellas un teatro con capacidad para 500 personas. Sin embargo, en tiempos de pandemia sufrió un parón y ha visto mermada su actividad. Las restricciones de aforo, junto con el auge imparable de las plataformas de cine online, se cobraron el pasado mes de agosto una víctima inesperada: la empresa encargada de su gestión, atada de pies y manos, ahogada económicamente, dio un paso al lado y abandonó el proyecto. Desde entonces, el Teatro Coliseo ha pasado a formar parte del engranaje municipal de la villa armera. El alcalde, Jon Iraola, justificaba la decisión de no dejar caer al histórico edificio polivalente porque "genera una oferta cultural estable y de interés general para la ciudad. Se cubre una demanda de la ciudadanía en el ocio, basado en el cine comercial, cine europeo y cine de autor".
Tras el cierre de los emblemáticos cines Unzaga en 2009, el Coliseo tomó el relevo y empezó a proyectar películas los fines de semana. Más de diez años después continúa programando cine y otras actividades culturales. Últimamente parece que ha recobrado parte del pulso perdido durante la crisis del coronavirus. El pasado 1 de octubre la artista eibarresa Maite Arroitajauregi, más conocida como Mursego, presentó un singular espectáculo llamado 'Lapur (ari)ketak' en el que combinaba sus habituales juegos de palabras con música. Al día siguiente la compañía Lakanosa debutó con 'El Instituto T', su primera incursión teatral bañada de humor y cine negro, mientras que el viernes 8 de octubre se pudo ver 'Dreaming Juliet', inspirada en la célebre pieza de Shakespeare.
Obra del arquitecto navarro Víctor Eusa Razquin, el Teatro Coliseo se abrió en 1949 y funcionó ininterrumpidamente "como sala de cine y otros espectáculos" hasta mediados de los 80. Desde entonces su supervivencia ha pendido de un hilo. Los vaivenes han sido constantes. Muchos pensaron que el 3 de julio de 1986 cerraba sus puertas para siempre, como tantas otras salas de la época. Pero no fue así.
"Las 'celebrities' de la época venían a Eibar, así que venían a peinarse a la peluquería. Teresa Larrañaga
La reapertura costó tiempo y dinero. La reinauguración no llegó hasta dos décadas más tarde, el 23 de marzo de 2007, tras las obras de rehabilitación dirigidas por el gabinete de arquitectos de J. M. Martín Herrera, Fernando Oñoro y Jorge Unceta-Barrenetxea. Los responsables de convertir el viejo edificio en una moderna instalación apta para el siglo XXI se enfrentaban a una tarea de difícil solución: querían respetar la estructura del edificio original lo máximo posible, lo que les obligaba a realizar costosas piruetas arquitectónicas. Tras una larga travesía en el desierto, la cultura eibarresa volvía a contar con un faro que iluminaba el conjunto de las artes escénicas con especial énfasis en la cantera local. El día que reabrió sus puertas fue una clara muestra de poderío eibarrés: se subieron al escenario del Teatro Coliseo Kezka Dantza Taldea, Usartza Txistulari Taldea, la coral Sostoa y el grupo de teatro Antzerki Maitaleak. Todos locales. El fin de semana siguiente llegó el turno del conocido showman Moncho Borrajo y de la banda de música eibarresa Cielito. Las dos salas menores del recinto, en cambio, no pudieron reabrirse hasta meses más tarde.
Enclave de referencia
Los primeros diez años tras su renovación arrojaron un balance favorable, consolidándose como un enclave cultural de referencia. Se contabilizaron más de 800 propuestas culturales, muchas de ellas relacionadas con las artes escénicas. La céntrica ubicación del edificio, en el número dos de la calle Mercado, juega a su favor. Estamos ante la sede principal de las Jornadas de Teatro de Eibar, uno de los platos fuertes de la programación cultural de la villa, y que desde el pasado 9 de febrero hasta el 23 de marzo celebró su edición número 44. Entre otras funciones, se pudo disfrutar en el Teatro Coliseo de una adaptación de la conocida tragicomedia de Samuel Beckett, 'Esperando a Godot', y la comedia musical 'Kutsidazu bidea Ixabel', de la compañía Demodé produkzioak, basada en la novela de Joxean Sagastizabal, un mago superventas en euskera.
"Antes de la pandemia iba casi todas las semanas al cine Coliseo, que está cerca de casa". Beatriz Larrañaga
Ha habido otros muchos hitos a lo largo de su historia. Uno de ellos tuvo lugar en 2012, durante los actos conmemorativos del 75 aniversario del bombardeo de la Guerra Civil el 25 de abril de 1937. Además de cebarse con la población civil de Gernika y Durango, los aviones del bando nacional también destruyeron Eibar y el ayuntamiento organizó un extenso programa de actividades. El Teatro Coliseo jugó un papel fundamental acogiendo importantes actividades en sus salas. Y ahí sigue. 73 años de lucha cultural contra la incertidumbre.