No cabe duda de que vivimos en una zona, Euskal Herria, con un gran número de minas en su mayoría explotadas y en pocas ocasiones vírgenes, dispuestas a ser investigadas por los espeleólogos. En esta ocasión, hablaremos de 3 de las minas que más gustan al protagonista de este número de IN, el topógrafo de Donostia Ignacio Egurza. No duda en admitir que las de Arditurri son unas de las más importantes en Gipuzkoa y las de Gallarta, en Bizkaia, el territorio con mayor número de minas en comparación con Araba, Gipuzkoa y Navarra. También resalta las de Ollín en Leiza.
Las minas de Arditurri son un antiguo complejo minero situado en las Peñas de Aya, en Oiartzun, y los primeros que lo explotaron fueron los romanos a su llegada a la zona y se mantuvo activo hasta 1984. De esta mina se ha podido sacar plata, hierro, plomo, zinc, fluorita y blenda. Además destacaremos que desde el año 2004 pasó a formar parte del Parque natural de las Peñas de Aya y, tras la habilitación de 800 metros de galería, está abierto al público para su visita y comprensión.
Esta mina si por algo es conocida es por la explotación que en ella hizo el Imperio Romano, ya que en los trabajos se utilizaron unas técnicas mineras muy importantes como el cuniculus, que es un acueducto subterráneo para el sistema de drenaje de las galerías. Por otro lado, el coto minero de Arditurri está asociado al complejo granítico de la Peñas de Aya que es rico en minerales. Hoy en día hay unos 15 kilómetros de galerías abiertas en diferentes épocas y varias minas a cielo abierto. Además, en las galerías romanas de las minas de Arditurri se han encontrado sistemas complejos de drenaje, lo que avala la importancia en ese tiempo de la explotación.
En cuanto a la de Gallarta hablaremos del museo de la minería del País Vasco que tienen. Se creó a partir de 1986 por la Asociación Cultural del Museo Minero y en el 2001 el museo abrió sus puertas por primera vez. De esta manera se pudo exponer la colección de piezas, herramientas, máquinas y documentación que durante años, fueron recogiendo en montes y fábricas de la localidad.
Entre sus objetivos se encuentra fomentar el estudio y la divulgación del conocimiento del desarrollo histórico de la actividad minera y de sus consecuencias económicas, sociales y medioambientales, así como recuperar y conservar los documentos, archivos, planos, imágenes, dibujos y fotografías procedentes de la época y actividad minera en Gallarta. En definitiva, un pueblo minero que lucha por conservar su historia.
Por último, hablaremos de las minas de Ollín en Leiza. La actividad minera en esta zona se conoce desde el siglo XIX y se cree que los filones de galena argentífera pudieron llamar el interés de los romanos. En esta zona, a siete kilómetros de Goizueta, se pueden encontrar las mejores reservas de zinc, plomo, plata y flúor de todo Navarra.
El coto de Ollín, tal y como se le conoce desde 1856, puso en marcha a finales del siglo XIX sus principales explotaciones: Santa Bárbara, San Alfonso, San Francisco y San Benito. Con el paso de los años y ya en el siglo XX los franceses primero y los asturianos después se beneficiaron de su explotación hasta 1931. Tras esto la compañía minera vasca la explotó entre 1949 y 1976. Hoy día se puede visitar y explorar en busca de minerales, tal y como hace Iñaki Egurza junto a su compañero.