Berlín es un lugar con mucho significado para los protagonistas de esta semana, los pamplonicas Marina Otazu e Iñaki Celaya. Han visitado esta ciudad en numerosas ocasiones y juegan a descubrir lugares nuevos que no hayan localizado hasta ahora. La primera vez que fueron fue por trabajo. Iñaki consiguió hacer prácticas en un taller mecánico de Volkswagen, especializado en la furgoneta T14, su favorita, mientras que Marina aprovechaba para hacer un curso de fotografía recorriendo sus calles cámara en mano. En esta ciudad también fue donde Iñaki le pidió matrimonio a Marina, recuerdan.

Berlín es una ciudad donde nunca te aburres porque tienes todo tipo de planes para elegir todos los días del año y casi a cualquier hora, aseguran. Considerada la ciudad más ‘underground’ de Europa, sus calles se han convertido en una especie de museo urbano y al aire libre. Su famoso muro de Berlín nos hace recordar su Historia y los grafitis forman parte de su encanto. “Uno de nuestros sitios favoritos era la casa Tachele, donde se hacían un montón de actividades culturales, pero ya la cerraron”, se lamentan.

El metro de Berlín. Foto: Julian Nielsen

Iñaki y Marina también disfrutan mucho de los mercadillos de comida y de objetos de segunda mano que se organizan en prácticamente todos los parques de la ciudad. “Sobre todo, nos gusta mucho el popular Mercado de las Pulgas de Mauerpark, donde celebran un karaoke multitudinario que es súper divertido y hacen muchos conciertos”, señalan. En la gran cantidad de puestos que colocan los domingos donde es posible que encuentres de todo, desde bicicletas, artículos para coleccionistas o vinilos, hasta monedas antiguas, trompetas, cámaras viejas, ropa retro y cualquier cosa que se te ocurra. Además, existen propuestas de diseñadores y artesanos locales para quienes busquen piezas originales y a precios populares.

Fachada de Tacheles. Foto: Wikimedia

Tempelhof tiene un aura de misterio y de originalidad que es difícil de encontrar en otros sitios. Se trata de un aeropuerto abandonado en el que se organizan muchas actividades culturales. Y si lo que quieres es salir de fiesta, “anotad”, nos señalan, porque un lugar muy ‘cool’ es la discoteca Tresor, donde los amantes de la música electrónica podrán bailar hasta el amanecer.

Aires de modernidad

La capital alemana tiene aires de modernidad sin perder su idiosincrasia histórica. La arquitectura moderna se combina con los monumentos y las reminiscencias del muro, que crean una atmósfera en la que parece que el tiempo se detiene, permitiendo a sus visitantes jugar a adivinar en qué periodo histórico se encuentran en ese momento, como si estuviesen a bordo de un viaje por el tiempo.

La isla del arte

Pero después de los recorridos para conocer el pasado histórico y la relevancia de Alemania durante el pasado siglo, que puedes conocer de la mano de un guía local a través de un ‘free tour’, los planes culturales son otro de los reclamos más solicitados en este destino. De hecho, la Isla de los Museos -Museumsinsel-, situada en el río Spree, junto al corazón de la ciudad, es uno de los conjuntos museísticos más importantes del mundo y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Está formada por cinco pinacotecas que albergan colecciones artísticas y arqueológicas en el Museo de Pérgamo, el Museo Antiguo, el Museo Nuevo, la Antigua Galería Nacional y el Museo Bode.

El Museo de Pérgamo data de 1930 y es el que más visitas recibe. En el interior de este imponente edificio, se expone una impresionante colección de antigüedades, además del Museo de Oriente y el Museo de Arte Islámico. En total, alberga más de 6.000 años de cultura de Mesopotamia, Siria y Anatolia y 270.000 objetos procedentes de las excavaciones realizadas en Babilonia. Un lugar imprescindible para todo amante del arte antiguo.

El famoso beso pintado en el Muro de Berlín. Foto: Pixabay